El nervio anula la mente
La UD Logroñés suma un punto en Urbieta tras un partido alterado y de mucho fútbol aéreo
Si no puedes ganar, no pierdas. Una máxima del fútbol, aunque los tres puntos con los que se premia la victoria frente al único que ... otorga el empate invita a arriesgar. Eso debe pensar el Gernika, que a pesar de jugarse la permanencia ofertó un partido cerrado y trabado con el único reto de no encajar un gol de la UD Logroñés que, desde luego, no necesitaba tanto la victoria. Queda a tres puntos del Mirandés y aventaja en cinco al Barakaldo. No es malo por tanto el punto en una visión global; si la mirada queda entre los montes que rodean Guernica, el marcador es más pobre.
Empató el cuadro riojano en Urbieta. Escenario complejo, con una grada que presiona y con unos jugadores cuyo fútbol se reduce al balón en largo, a provocar segundas jugadas y a las acciones a balón parado. Una virtud si sabes manejar todas esas situaciones. Lo que sí parece claro es que a la UD Logroñés no le gustan esos perfiles de adversarios y ayer cayó en el nerviosismo de querer llegar demasiado deprisa a la portería de Diego Carrio. Y las prisas derivaron en imprecisiones. Salvo dos acciones claras, en la segunda mitad, los blanquirrojos no inquietaron a un adversario intenso defensivamente hablando y de empuje, que no remate, en ataque.
Sorprendió Sergio Rodríguez al incluir a Olaetxea en la medular, centrado, y dejando que Rayco arrancase desde la derecha y Marcos André desde la izquierda, con Ander Vitoria haciendo el trabajo sucio de fijar a los centrales. Quería músculo y oportunismo, porque la calidad se anula en terrenos como Urbieta. Aun así, si la pelea es igualitaria en lo físico, la mente marca las diferencias. Por eso, las mejores ocasiones riojanas llegaron cuando el equipo salió en estampida, pero no en el pase directo, sino en varios toques. Sin embargo, ni Rayco ni Marcos André acertaron en el primer periodo, en el que el Gernika protagonizó el único remate con intención, un testarazo de Torrealdai excesivamente cruzado. Y tampoco en el segundo, cuando el canario habilitó al brasileño con un balón profundo, pero Carrio se anticipó; o cuando el punta devolvió el favor al media punta, pero Kevin evitó el remate al bor del área pequeña. Ahora bien, fue la potencia salvaje de Iglesias la que generó la mejor ocasión. Doble. Su cabalgada acabó con el balón en botas de Marcos André arrancando desde la izquierda. Intentó batir por el palo largo a Carrio, que sacó el cuero con su cuerpo; quedó muerto dentro del área y disparó Iglesias, pero Kevin despejó el cuero a saque de esquina.
Más allá de estas acciones razonadas, el partido fue un auténtico dolor de cabeza. Literalmente. Más juego aéreo que a ras de césped. Y eso que se regó y estaba rápido. Es difícil escapar a la propuesta del Gernika. De hecho, sólo Vitoria y Barakaldo han ganado en Urbieta. El resto se ha marchado entre el lamento. Sin embargo, partidos como el de ayer invitan a la reflexión, a la importancia de mantener la calma, de no renunciar al fútbol que te ha hecho grande, aunque siempre es necesario y bueno retocarlo según escenario y rival. Una vez más la UDL fue mejor cuando jugó que cuando buscó la segunda jugada. Va en su forma de entender el fútbol.
Eso sí, siempre quedará el resultado. Y vista la jornada, es bueno. Pudo ser mejor, sí, pero también peor. El Mirandés queda a un encuentro y hasta que se midan en Las Gaunas ambos van a fallar en más ocasiones. Posiblemente, el día que no se hable del sorpasso, éste llegará. De momento, tercero. Que no es poco.
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