Una mala siesta condena a la SD Logroñés

El problema está en que este domingo no era un día para siestas. Los resultados del sábado habían provocado que la SDL cayera a puestos de descenso y los de Larrazabal sabían que o ganaban a la Ponferradina o acababan por primera vez en la temporada una jornada en los puestos de castigo. Estaban obligados a salir a por todas los riojanos, pero partiendo de una defensa sin fisuras y lo que ha ocurrido ha sido todo lo contrario. No se había alcanzado el segundo 30 de juego y el balón ya estaba en su red. Ni Cova ni Murua cortan un pase en profundidad a Dacosta, el extremo pone el balón en el área y Ernesto entra solo para marcar.

Empezaba muy mal el choque. Tocaba despertar de la siesta y pensar que los ojos se habían cerrado solo durante unos segundos, pero antes de llegar al minuto 5 la Ponferradina volvía a atacar y volvía a anotar. Otro centro de Dacosta desde la izquierda y Borja Valle, el 9, la referencia atacante de los bercianos, aquel al que hay que marcar sí o sí, entra solo en el segundo palo y supera a Iruarrizaga.

Tras ese tanto, el despertador de los logroñeses ha sonado. Han despertado, pero ya era tarde, sobre todo si en el área contraria tampoco hay acierto. Porque esta SDL de Larrazabal, al contrario de la de los últimos partidos de Andrés García, sí genera ocasiones. Se vio en Pamplona y se ha visto este domingo en Las Gaunas, pero no las mete. De poco sirve el máster ofrecido por Jordi Escobar en la generación de juego. El delantero ha sido el mejor de los riojanos porque cada vez que entraba en contacto con el balón pasaban cosas, pero esas cosas no terminaban en gol. Él y Óscar han llevado mucho peligro al área de Andrés Prieto, pero o bien el portero respondía, como ha ocurrido tras un tiro del cántabro o bien los atacantes locales no acertaban con su remate o con el último pase. También ha habido un agarrón claro en el área sobre Escobar que el colegiado no ha visto, pero el caso es que el partido avanzaba y a la SDL le seguía lastrando su mala siesta de cinco minutos.

Desde su segundo gol, la Ponferradina ha desaparecido en ataque. Así fue hasta que ha llegado el tiempo añadido de la primera mitad. A un equipo como el berciano no se le pueden dar facilidades defensivas y no puede ocurrir que el jugador que pone en juego un saque de banda acabe rematando en el área rival. Eso ha pasado. Carrique ha sacado de banda y tras dos toques de sus compañeros se ha plantado en la frontal. Ha disparado, ha marcado, ha puesto el 0-3 y el partido se ha ido al descanso. Máxima eficacia de los bercianos, que por algo pugnan por el ascenso directo.

Ese gol ha dejado el partido sentenciado para la segunda mitad, en la que la Ponferradina se ha dedicado a no arriesgar demasiado para no conceder un tanto que pudiera dar alas a la Sociedad y para los riojanos, que han pasado a cerrar con tres centrales, ha sido un quiero y no puedo continuo, al margen de una oportunidad de Ferni en una contra. El mediapunta, que este domingo ha actuado por el centro, ha hecho una gran jugada que ha terminado con un paradón de Andrés Prieto y el esférico estrellándose en el palo. También se ha encontrado con la madera, en el campo contrario, Leal. Luzzi, ya en el añadido, también ha tenido el gol tras una asistencia de Escobar. No era el día.

Cuarta derrota consecutiva de la SD Logroñés en Las Gaunas y, con el equipo en descenso, el partido de la próxima semana ante el Rayo Majadahonda se antoja crucial. También será el domingo a las cuatro de la tarde, pero la siesta está prohibida. Ni siquiera cinco minutos.

«Hay mucho trabajo por hacer». Así comenzó Aitor Larrazabal su comparecencia de este domingo ante los medios de comunicación. «El partido viene condicionado por el inicio y no podemos conceder dos jugadas como las que han propiciado los dos primeros goles de la Ponferradina», añadió.

El dueño del banquillo blanquirrojo habló muy claro y se mostró muy preocupado por el rendimiento de su equipo cuando no tiene el esférico en sus pies. «Con balón estamos bien, pero el debe que tenemos sin él es brutal», reconoció. «Nos cuesta mucho a todos, no solo a los defensas o a los centrocampistas», apostilló el técnico, quien se puso como «primer responsable» de lo ocurrido. «Pero necesito también más de ellos; no podemos conceder diez minutos (este domingo no llegaron a cinco) en cada partido», remató.

Larrazabal también ha detectado un problema de comunicación en la SDL. «Es un equipo que no habla demasiado», afirmó. Por último, el vasco sentenció: «Necesitamos hombres que sientan o tengan orgullo».