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Di María, cuatro años al PSG tras un año de infierno como diablo rojo
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Di María, cuatro años al PSG tras un año de infierno como diablo rojo

El extremo es el segundo fichaje más caro en la historia del Campeonato francés tras ser vendido por el Manchester United por una suma estimada de unos 63 millones de euros.

afp

Jueves, 6 de agosto 2015, 15:27

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Ángel Di María se comprometió por cuatro años con el París Saint Germain, anunciaron este jueves el Manchester United y el club francés. El extremo izquierdo, segundo fichaje más caro en la historia del Campeonato de Francia (por detrás de los 64 millones de euros por el uruguayo Edinson Cavani), llega procedente del club inglés por una suma estimada por la prensa de unos 63 millones de euros. El argentino será el segundo jugador más caro de la historia del fútbol francés después de los 64 millones de euros desembolsados en 2013 por Edinson Cavani. El París Saint Germain se apoya en Di María para conseguir las llaves que abren las puertas del paraíso de la Liga de Campeones, objetivo de un club que ganó todos los títulos domésticos la pasada temporada.

Con la llegada del extremo zurdo, el PSG de los catarís intentarán acabar con la maldición de la Liga de Campeones, después de caer eliminados en los cuartos de final en las tres últimas ediciones. El delgado jugador, apodado «el Fideo», ya se alzó con este torneo que quita el sueño al presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, en 2014, cuando fue un jugador clave en la ansiada décima Copa de Europa del Real Madrid. El de Rosario (ciudad del noreste de Argentina, de donde también es Lionel Messi) también llegó a la final del Mundial 2014, que no pudo jugar por lesión, y que la albiceleste perdió ante Alemania (1-0). Di María, actualmente lesionado, completará un PSG multinacional: un alemán en portería (Kevin Trapp, comprado por 10 millones de euros al Fráncfort), una defensa brasileña (Thiago Silva, David Luiz, Maxwell, Marquinhos), un centro del campo donde Blaise Matuidi será el único francés con el puesto de titular garantizado al lado de los italianos Marco Verratti y Thiago Motta, y finalmente un ataque en el que el nuevo fichaje argentino se alineará con Zlatan Ibrahimovic y Cavani. Di María, que sale de una temporada delicada en el Manchester United, donde no se adaptó a la vida en el norte de Inglaterra ni al estilo de juego de Louis van Gaal, trastornará los planes de juego del PSG.

Criado en la calle

En París, donde ya triunfaron otros argentinos, Pastore y Lavezzi, hoy, Pochettino, Heinze, Sorín y Gallardo, ayer, y Bianchi y Calderón, tiempo atrás. Ahora es el turno de Di María, «un jugador espectacular que lleva el potrero en la sangre», como dijo Diego Armando Maradona, su seleccionador en el Mundial-2010. Criado en la dura Rosario, en el noreste de Argentina, el joven perfeccionó su técnica y carácter en Torito y después en Rosario Central, sus dos primeros equipos. El hombre que celebra los goles haciendo la forma de corazón con sus dedos, no es un angelito, y menos a la hora de negociar un contrato, como bien saben en Madrid. Su físico de fideo, como le apodan, su aptitudes técnicas y su generosidad en el esfuerzo le hacen ser uno de los mejores extremos del mundo. A esto, hay que sumarle una capacidad de desborde única y una excelente precisión en el último pase.

Este gran pasador, más que finalizador, siempre ha sido el lugarteniente del goleador estrella: Óscar Cardozo en el Benfica (2007-2010), Cristiano Ronaldo en el Real Madrid (2010-2014) y Leo Messi en Argentina (desde 2008). Extremo en cualquiera de las dos bandas, puede retrasar su posición. Carlo Ancelotti le reposicionó en el centro del campo madridista en la temporada 2013-2014, con éxito. Di María acabó la temporada como máximo asistente de la Liga (17) y segundo de la Liga de Campeones (6), además marcó en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona (2-1).

Sobre todo, el argentino permitió al Real Madrid hacerse con la décima Copa de Europa de su historia: fue nombrado el mejor jugador de la final contra el Atlético (4-1 en la prórroga), al decantar la balanza al lado blanco tras una jugada en la que se fue de tres jugadores y provocó el decisivo gol de Gareth Bale (2-1).

Esta final sigue siendo el punto álgido de su carrera, que vio como la pasada temporada fue a peor en el Manchester United (a pesar de dar once asistencias en la Premier League). Llegado como estrella rutilante, luciendo el mítico 7, nunca se adaptó, pese a que Van Gaal a situar en el seis posiciones en el campo. El PSG le firma cuatro años (por unos 63 millones de euros) con el fin de franquear al fin la barrera de cuartos de final de la Liga de Campeones. Este partido de Lisboa también se inscribe dentro de su extraña relación con las finales, entre acciones decisivas y grandes ausencias.

Decepciones con Argentina

En el lado positivo, lanzado por Messi, Di María dio a las selección argentina la medalla de oro en los JJOO de Pekín-2008, con un globo sutil en plena carrera (1-0 ante Nigeria). Y en 2011, un centro suyo encontró la cabeza de Ronaldo, lo que permitió al Real Madrid de Jose Mourinho ganar finalmente un título frente al Barcelona de Pep Guardiola, en la Copa del Rey (1-0 en la prórroga).

En el lado negativo, las lesiones no le han dejado brillar en los momentos decisivos, como en la final de la Copa del Mundo-2014, cuando estaba siendo el hombre más destacado de la Albiceleste en Brasil. Autor del gol en octavos ante Suiza (1-0 en el minuto 118), se lesionó en los cuartos de final ante Bélgica (1-0) y no pudo disputar los dos partidos siguientes, entre ellos, la final perdida ante Alemania: ¿Con él en Maracaná, la historia podría haber sido diferente? esto es algo que nunca sabremos.

«Si hubiera estado allí, habría sido diferente», confió en febrero de 2015 al sitio web de la FIFA. «Con Leo (Messi) me entendí perfectamente desde el inicio del Mundial, pero el fútbol es así. Dios no quería que jugase la final». En plena forma en la Copa América-2015: Di María se lesionó al inicio de la final perdida ante Chile (0-0, 4-1 a penales). La final del Mundial Sub20 tampoco pudo jugarla, aunque sus compañeros se llevaron la victoria. El PSG espera mucho del Fideo: confía en que su energía les lleve a una final de la Liga de Campeones, y que una vez allí, las lesiones le dejen mostrar al rosarino lo que es capaz de hacer en un terreno de juego.

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