Del sufrimiento a los abrazos en el Grafometal

Todos sabían que, para un equipo como el logroñés, mantener la categoría era su techo. Ya en su primera incursión en la División de Honor femenina pagó el peaje de la inexperiencia y regresó a Plata con la misma velocidad con la que consiguió subir al año siguiente. Pero su comienzo de curso dejó boquiabiertos al mundo del balonmano, sobre todo cuando empató con el Atticgo Elche, subcampeón de Liga, en el Palacio.

Luego llegaron las victorias sobre el Porriño (39-22), el Elda prestigio (21-23), el Gijón (17-19), el Zuazo (24-29) y el Beti Onak (20-21), con las que se situó en la mitad de la clasificación. Lo mejor no eran las victorias, sino que el equipo competía. Buena muestra de ello fueron las derrotas por la mínima ante el Atlético Guardés (21-23), Morvedre (28-29), Rocasa Gran Canaria (16-18) o el Super Amara Bera Bera (25-26), campeón de la Liga Iberdrola y Copa de la Reina.

El equipo jugaba bien y demostraba que había madurado con respecto a su primera participación en la élite del balonmano nacional. Incluso, había quien se atrevía a afirmar que el bloque logroñés estaba para otras cosas, incluso para clasificar para el 'play off' por el título.

Sin embargo, todo se torció en la segunda vuelta. Inexplicablemente, la moneda que antes caía cara en enero empezó a ser cruz. Los partidos con finales apretados eran para los rivales. Los encuentros en los que iba ganando con claridad, el Sporting los acababa perdiendo de manera incomprensible.

Juanjo González no daba con la tecla, dejaba con muy pocos minutos a algunas jugadoras y las derrotas se empezaron a acumular: Caja Rural Aula Valladolid, Elche, Costa del Sol Málaga, Porriño, Elda, Atlético Guardés, Gijón, Zuazo, Gran Canaria, Granollers y Bera Bera vencieron a las riojanas en la segunda vuelta. En ese tramo de liga, el conjunto verdeamarillo solo rescató un empate ante el Morvedre (21-21) y un solitario triunfo ante el Beti Onak que servía de muy poco ya que el bloque navarro lograba eludir el 'play down'. Ya para aquel entonces, fuera de la Copa de la Reina por el Beti Onak, las riendas del equipo las había cogido Luismi Ascorbe, que sustituyó a un abatido Juanjo González.

Con la llegada de técnico riojano la dinámica de equipo empezó a cambiar. Ascorbe empezó a contar con todas sus jugadoras, repartiendo minutos y preparando el equipo para el 'play down', una fase que comenzó con solo 5 puntos. No obstante, el inicio fue esperanzador, con dos triunfos en casa frente al Morvedre (20-18) y el Elda (21-20). La derrota en Gijón (23-20) puso emoción a la fase y el alivio llegó con el empate en Sagunto ante el Morvedre (22-22) y el triunfo en Elda (16-19).

Con la permanencia atada de antemano, el partido frente al Motivemarket.com en el Palacio de los Deportes sirvió para regalarle a la afición una victoria (32-18) y despedir a las jugadoras que no seguirán la temporada que viene vestidas de verdeamarillo: las primera líneas Marina González, Carla Rivas y Karolain Lewandoski, y las extremos Sara Moles, Erica Tavares y Lyli Blanco. Y decir adiós con especial cariño a la veterana Silvia Ederra, Alba Sánchez y Taty Lozano, jugadoras que decidieron colgar las zapatillas definitivamente.