El Clavijo toca fondo
En una primera parte para olvidar, el Rioverde tiró el partido ante un Ricardo Úriz que no pudo dirigir desde el banquillo y que tiene mucho trabajo por delante
Domingo de estreno. Nueva derrota. 70-94 en un partido que apenas duró unos minutos, los iniciales, en los que el Rioverde Clavijo mostró una ... cara competitiva. A partir de ahí, la Cultural y Deportiva Leonesa fue muy superior. No desde la calidad del juego, que también, sino desde la energía que les faltó a los blanquiazules en una primera mitad para tomar nota y que no se vuelva a repetir. El Clavijo tocó fondo en el Palacio de los Deportes, ante los suyos. Solo queda levantarse.
Abría Ricardo Úriz su historia en el Rioverde Clavijo, aunque tuvo que ver el duelo desde la grada, muy cerca del que será su banquillo. Fue su segundo, Aitor Fantova, el encargado de dirigir a pie de pista. Era un choque complicado por la trascendencia y por la intención de todos de que fuera el deseado cierre, al menos hasta el verano, de los tiempos convulsos que suponen para cualquier club la salida de un entrenador. Situación agravada en el caso de los blanquiazules por la necesidad de llegar a un acuerdo con el Baskonia para el cambio de míster.
La apertura de la era del navarro pretendía centrar el foco en lo deportivo y en un equipo que necesitaba ganar a la Cultural Leonesa para no seguir perdiendo el tono a la competición. Y así fue con un inicio muy enérgico por parte de los dos equipos. En el Clavijo, sumaban Moreno desde fuera y Orlov cerca del aro. Los visitantes acertaban desde el exterior y fueron los que mantuvieron el ritmo y el tino (8 triples en la primera mitad) mientras que se diluían los locales, erráticos en ataque y con muchas vías abiertas en defensa. La Cultural marchaba a otro ritmo que los capitalinos, con acciones que apuntaban por momentos a la desidia.
Un parcial abierto entre el final del primer cuarto y el comienzo del segundo fue el anticipo de una escapada fulgurante de los leoneses que se convirtió en enorme, cercana a definitiva (4-28 de parcial y 23-48 en el luminoso). Al descanso, las esperanzas de victoria habían quedado reducidas al mínimo y solo se apoyaban en la ilógica y la épica que esconde deporte.
Con el cinco inicial de nuevo en pista, la vieja guardia, al menos el Clavijo sacó orgullo. Unos minutos. La Cultural, que cerró una racha de cuatro derrotas consecutivas, mantuvo su ímpetu y dejó el choque listo para sentencia (52-80). Sobraba ya el último parcial. Solo quedaba esperar que, al menos, pasara cuanto antes en beneficio de todos.
Ricardo Úriz tiene mucha labor por delante. Más allá del evidente trabajo táctico, tiene el deber (y la necesidad) de volver a conectar a este grupo desde la energía para que se vuelva a reconocer como equipo.
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