La Terraza de Correos, un cóctel con vistas en un edificio único

La Terraza de Correos, como han denominado a este espacio singular, comenzó a funcionar un año después de la apertura del hotel. Desde 2022 ha logrado convertirse en un punto de encuentro diferente, donde poder tomar el vermú antes de comer o una copa o cóctel mientras se espera la hora de la cena.

Acondicionada para una capacidad de cuarenta personas sentadas, ofrece asimismo la posibilidad de albergar pequeños eventos, priorizando en todo momento el descanso de los clientes que se alojan en el hotel –en estos casos, la capacidad aumenta hasta las sesenta personas para un servicio tipo cóctel–. La terraza se ubica en la tercera planta del establecimiento hotelero, adonde es posible acceder en ascensor o por las escaleras. A lo largo del recorrido por los pasillos de acceso a las habitaciones, se rinde tributo a su actividad primitiva. Por eso no sorprende encontrarse «con una completa colección de tarjetas postales con las que los carteros felicitaban antaño las fiestas», señala Marta Adánez, directora del Áurea Palacio de Correos.

En el diseño del edificio se ha respetado la fachada original, así como la estructura. Custodiando la puerta principal, se encuentran los buzones de correos originales –los tan emblemáticos leones–. «Al final nos encontramos en un edificio histórico protegido que cerró sus puertas en 2004», recuerda.

Cuando se construyó el hotel, se vio la oportunidad de acondicionar una terraza a la que no solamente pudiesen acceder los huéspedes del hotel, sino que estuviera abierta al público en general. «Al final este hotel es muy joven –se inauguró el 22 de diciembre de 2021–. Empezar de nuevo en una ciudad lleva su proceso, que la gente lo conozca, asentar los servicios, ver cómo podemos ofrecer la mejor experiencia posible al cliente...», indica Marta Adánez.

Estar en una localización privilegiada, en pleno centro de Logroño y a pocos minutos de La Laurel, animó a aprovechar la azotea para dar un servicio extra a quienes se hospedan en el hotel, pero también para que quien lo desee pueda disfrutar de un cóctel con vistas. Sus inicios fueron como cocktail-bar, pero ahora han ido ampliando la oferta con una pequeña carta de pinchos y raciones. «Ahora de cara al verano tenemos desde pinchos sencillitos, donde no falta la tradicional gilda, a opciones más fresquitas como salmorejo, ensaladilla, pero también raciones de cecina, de nuestras croquetas caseras, de rabas o de nuestros chipirones especiales que también ofertamos en el restaurante o nuestra tabla de quesos de Cameros o de jamón ibérico», enumera la directora.

Para acompañar estas propuestas, no faltan los cócteles –una de las opciones más demandadas a la hora de beber, junto al vino y la cerveza o el vermú que tiene gran aceptación en la franja del mediodía, justo antes de comer–. Los más comunes, el Mojito, el Moscow Mule –que terminan con unas perlas de lima por encima–, el Negroni, el Margarita, el Espresso Martini o el Aperol Spritz. «No tenemos un cóctel estrella; nuestra intención es crear uno propio del hotel». Tampoco se obvia el café y las copas, sobre todo en la sobremesa.

Pero La Terraza de Correos no solo habla de gastronomía, sino que se ha convertido en el espacio perfecto para realizar en él otras actividades. Por ejemplo, el próximo 3 de julio, a las 20.30 horas, habrá una clase de yoga. Y, a su finalización, habrá un pequeño snack. Todo ello en un ambiente que invita a la tranquilidad y a la relajación, mientras se disfruta de unas vistas únicas en uno de los edificios referentes del estilo neobarroco en Logroño.