Tarasca, cocina casera para comer como en casa
El bar restaurante ha sabido adaptarse a los tiempos y ha ampliado sus servicios a medida que ha crecido la demanda del cliente
En el año 2013 Iñaki Santibáñez, exentrenador del Haro, Anguiano y Náxara entre otros equipos, vio una oportunidad que no podía dejar pasar. Con una ... intención clara de dejar a un lado su implicación directa con el mundo del fútbol, optó por la hostelería; un sector que ya conocía, porque sus padres siempre habían tenido bar.
Así nacía hace más de una década este nuevo establecimiento en la calle Siete Infantes de Lara, al lado del centro de salud del mismo nombre.
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¿Dónde se encuentra? Calle Siete Infantes de Lara, 4 (Logroño).
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Horario. De lunes a sábado, de 7.30 de la mañana a 12 de la noche. Horario de cocina de 13.30 a 15.45 horas y de 20 a 23.30 horas. Domingos y festivos, cerrado.
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Reservas En el teléfono 941571795.
El proyecto se inició desde cero. ¿Y el nombre? «No hay ninguna razón especial. Fue por casualidad. Escribimos tres o cuatro opciones en la pared del restaurante que nos gustaban y, al final, ganó Tarasca», recuerda Santibáñez.
Trabajo no les ha faltado desde el principio, ya que han sabido adaptar, y ampliar, su oferta a las necesidades de una zona que ha ido creciendo. No solo han sido capaces de responder a las demandas de los usuarios y trabajadores del centro de salud, sino que también han aprovechado su ubicación privilegiada junto a dos instituciones educativas: el IES Tomás Mingot y el CEIP Siete Infantes de Lara.
Así, desde primera hora de la mañana –Tarasca abre a las 7.30 horas– ofrece desayunos completos, con opciones que se acompañan de tostada (3,80 euros) o pincho de tortilla (4,20), entre otras. Conforme se acerca el mediodía, la barra se nutre de tortillas, emparedados, bocatitas de jamón y molletes que se convierten en el mejor aliado de los muchos trabajadores que se acercan hasta el establecimiento en busca de un tentempié que les ayude a continuar con su jornada.
En Tarasca cuentan con un menú del día, que de lunes a viernes tiene un precio de 18,50 euros, con cuatro opciones de primero y otras tantas de segundo, donde no falta el plato de pasta o la ensalada. «Es comida casera. Aquí ofrecemos una verdura, ahora con el calor diferentes ensaladas que vamos cambiando diariamente, ensaladilla rusa, carpaccio, un plato de pasta... En invierno, por ejemplo, siempre está en el menú un plato de cuchara. Y en cuanto a los segundos, son dos pescados y dos carnes», detalla Santibáñez.
El fin de semana su menú –que tiene un precio de 20,50 euros– se amplía, además de ofrecer alguna propuesta que les permite al comensal poder pedir cordero asado o pescados como el rodaballo. «Estamos dando una media de 80 o 90 comidas al día. La verdad es que nuestro cocinero, Pablo, borda las recetas. Le gusta mucho la cocina de antes, la que preparaban nuestras abuelas. Así que todo el tema de guisos, los platos de cuchara, el cordero, incluso las reducciones de las salsas en la carne son muy valorados por nuestros clientes», sostiene.
Igualmente, destacan sus postres caseros, donde la tarta de queso y la cuajada ocupan el podio, sin olvidar su arroz con leche o su goxua.
Trabajadores y familias
Por la tarde noche –de lunes a jueves– el bar restaurante cuenta con una selección amplia de pinchos a un euro, que elaboran como acompañamiento perfecto para refrescos, cervezas o vino.
Tarasca cuenta con una gran barra junto a la que han colocado varias mesas altas; en el interior del local tienen, igualmente, mesas bajas. Sus amplias cristaleras crean un espacio que permite una transición sencilla entre el interior y el exterior. Así, en el exterior también cuentan con mesas bajas –el espacio está cubierto en una parte–, con lo que la capacidad del local aumenta –aproximadamente para ochenta personas–. A pie de calle, frente a la fachada principal, se halla una amplia terraza con mesas altas y bajas.
Iñaki Santibáñez puede presumir de contar con personal fijo que lleva trabajando en Tarasca un lustro como mínimo. «En los últimos cinco años no he cambiado a nadie, pero es cierto que si necesito buscar a alguien por algún refuerzo es mucho más complicado encontrar a esa persona ahora», destaca. Y esa estabilidad, al final, redunda en una mejor atención al cliente que acude hasta su local para comer como en casa. «Nosotros cerramos los domingos y festivos, también en fiestas de San Bernabé y San Mateo y ahora en agosto, quince días».
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