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Tiempo total
10 minutos
Comensales
Cuatro
Categorías
Plato principal
2 nabos medianos, 2 cucharadas de tahini (crema de sésamo), 1 cucharada de mostaza, ½ cucharada de salsa de soja, ¼ limón, 1 cucharada de miel (opcional), aceite de oliva
Se corta el nabo en rodajas iguales, ligeramente gruesas para poder ensartar bien la brocheta.En la plancha o sartén bien caliente, se añade un poco de aceite de oliva y se pasan las brochetas 1 o 2 minutos por cada lago, hasta que se tuesten un poco.Mientras, en un bol, se mezclan todos los ingredientes para la salsa.Se colocan las brochetas en un plato y se añade por encima la salsa.Se puede espolvorear un poco de perejil picado y unas semillas de sésamo tostado.El tiempo estimado de elaboración es de 5 minutos
El nabo es una hortaliza de raíz, de sabor suave pero ligeramente picante y con una textura crujiente muy similar a la del rábano. Pertenece ... a la familia de las crucíferas, como el brócoli o la coliflor, y se puede consumir en esta época del año tanto cocinado como en crudo, como un ingrediente de la ensalada.
Puede tener diversas formas, sabores y colores, pero lo más común es encontrarlo en esta época en su forma redondeada y de color blanco.
Es un alimento de escaso aporte calórico por lo que es compatible con una dieta hipocalórica o de control de peso, ya que su principal componente es el agua.
El macronutriente más destacable en su composición es el hidrato de carbono.
Es una buena fuente de fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y previene frente a enfermedades como el cáncer de colon.
Respecto al aporte de vitaminas, destaca la presencia de vitamina C (interviene en la formación de diversos tejidos y se comporta como un potente antioxidante), Vitamina B3 (esencial para el metabolismo de los nutrientes) y ácido fólico (participa en la formación del material genético y anticuerpos).
En cuanto al contenido de minerales, predominan el potasio, el fósforo y el yodo, que intervienen en funciones como la transmisión de impulsos nerviosos, la formación y mantenimiento de los huesos y dientes y el funcionamiento de la glándula tiroidea, respectivamente.
Aunque acostumbramos a comer la raíz del nabo, sus hojas contienen una serie de nutrientes interesantes como proteínas, vitamina A o beta carotenos.
Si se consumen crudos se pueden pelar o simplemente lavarlos bien para eliminar restos, aunque lo habitual es comerlos cocinados, sobre todo en guisos de legumbres, como el cocido, pero existen más opciones culinarias para los nabos como en ensalada, a la plancha, como parte de un sofrito o en cremas y sopas. Sus hojas (grelos) se pueden consumir también en cremas, salteadas o también en ensalada, aunque conviene escaldarlas para aligerar su sabor amargo.
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