Receta de mejillones con fritada picante

Este alimento no queda indiferente ya que te pueden encantar como detestarlos, pero probablemente sean los más populares en la familia de los vibalbos y además tiene propiedades nutricionales muy interesantes.

Son muy ricos en proteínas, por lo que se pueden incluir en dietas de deportistas que requieren mayores cantidades o en dietas de personas que no consumen carne o son alérgicas al pescado.

Si te preocupa tu salud ósea, no dudes en incorporarlos a tus hábitos alimentarios de manera frecuente, ya que aportan calcio, fósforo y vitamina D, nutrientes esenciales para el mantenimiento de los huesos.

Su contenido en potasio ayudará al buen funcionamiento de los músculos, además de controlar la tensión arterial y la hidratación.

La vitamina B12, muy abundante en la carne, también se encuentra en este alimento, convirtiéndolo en recomendable en dietas «antidepresivas» y junto al yodo, en recomendable para mujeres embarazadas y con alteraciones de tiroides.

Los mejillones son también ricos en ácidos grasos omega 3, con propiedades que todos sabemos son beneficiosas para la salud, especialmente la salud cardiovascular, proporcionando además cierto efecto antiinflamatorio.

Su contenido calórico es de aproximadamente 70-80kcal por 100g, por lo que podemos incluirlos en dietas de control de peso (hipocalóricas) y añadirlos en elaboraciones como guarnición (pescado, en una ensalada...) o como aperitivo saludable.

Los mejillones tienen gran versatilidad en la cocina porque pueden consumirse como entrante, por ejemplo al vapor, o en salsa, incluso a la plancha; dentro de un primer plato con verduras, pasta, legumbres... en un segundo como acompañamiento o como plato principal, con una salsa de tomate o formando parte de una hamburguesa casera.

Las opciones en conserva son igual de sanas y también las podemos consumir de manera frecuente, por lo que no hay excusas para incluir el mejillón en nuestra dieta saludable.