Viajar seguros

En el caso de padecer algún problema de salud, es importante antes de iniciar el viaje visitar a nuestro médico de cabecera o especialista para una revisión. Debemos viajar con un informe de nuestra enfermedad y la medicación suficiente para el viaje, e incluso para 2 ó 3 días más. Importante si es una persona alérgica o que precise un régimen especial como celiacos, etc. Se aconseja llevar el informe en español e inglés.

Es necesario extremar las precauciones con los alimentos y con el agua. La mejor forma de protegerse es seleccionar y preparar con cuidado los alimentos y la bebida, hay que tener presente que un buen aspecto no garantiza que un alimento sea seguro, ya que a pesar de tener una pinta apetitosa puede estar contaminado. En países sin garantías sanitarias se deben evitar las comidas crudas o poco cocinadas, por ejemplo ensaladas, verduras o frutas. Beber agua embotellada, abierta por nosotros o delante de nosotros. Cuidado con los cubitos de hielo, la 'diarrea del viajero' es el problema de salud más frecuente en los viajes.

Si vamos a realizar trayectos en avión de varias horas, cuidado con el 'síndrome de la clase turista'. Nos ayudará practicar algunos ejercicios como levantarse cada cierto tiempo y caminar por el pasillo del avión, y mientras se está sentado mover los dedos de los pies arriba y abajo, y estirar y encoger las piernas.

Cuidado con el sol. En contacto con el sol se debe llevar la cabeza cubierta, usar camiseta y gafas de sol. Además, si la piel se expone directamente al sol debe usarse un fotoprotector adecuado para su piel y aplicarlo generosamente media hora antes de la exposición solar, aplicación que debe ser renovada periódicamente, según el tipo de fotoprotector. Las precauciones con el sol y el calor deben extremarse en los niños, ancianos y personas debilitadas por sufrir alguna patología crónica o grave. Los dermatólogos recomendamos darse una buena ducha después de la exposición solar y, posteriormente, hidratar la piel.

En verano son muy frecuentes las conjuntivitis, caracterizadas por enrojecimiento, picor y a veces dolor en los ojos con lagrimeo, etc. La causa suele ser por el exceso de cloro de las piscinas. Se recomienda el uso de gafas para nadar y ducha antes y después del baño.

Los usuarios de lentes de contacto deben vigilar especialmente la estanqueidad de sus gafas acuáticas, ya que, en el caso de entrada de agua, las lentillas pueden retener elementos nocivos como bacterias o desinfectantes.

También son muy frecuentes las otitis, con dolor y supuración del oído. La causa suele ser el mal estado del agua. Se recomienda proteger los oídos con tapones adecuados y secarse bien después del baño.

Cuidado con los tatuajes con henna. El proceso del tatuaje se realiza aplicando la henna en forma de pasta sobre la piel, debiendo esperar 12 horas para que el principio activo, la lawsona, imprima el color característico. Se han comunicado muy pocos casos de sensibilización a henna natural.

Para oscurecer la henna se utilizan distintos aditivos como el zumo de limón, de remolacha, cáscara de nuez, azúcar, la P-toluendiamina y PPD. Este último, además, acelera el proceso de fijación de una a dos horas, mejora la perfilación del tatuaje y perdura durante más tiempo. La PPD es un conocido inductor de dermatitis de contacto alérgica y uno de los principales sensibilizantes asociados a tintes capilares permanentes o semipermanentes. Mucho cuidado con la henna negra.

Llegan las altas temperaturas y con ellas la inevitable plaga de esos fastidiosos animales que se alimentan de nuestra sangre y la de nuestros animales de compañía. Es a las hembras a las que debemos temer, ya que son las únicas que se alimentan de sangre. El macho, por el contrario, encuentra su alimento en el jugo de las frutas.

La mayoría de los repelentes son eficaces de seis a ocho horas y pueden utilizarse tanto en niños como para mayores. Lo último es un 'repelente a pila' para uso personal. Las abejas pierden el aguijón una vez lo han introducido en su víctima, ante lo cual nunca se debe aplicar barro, mejor frío local, hielo. También son frecuentes las picaduras de tábanos, pulgas, chinches, garrapatas, medusas...

Lo cierto es que las infecciones por hongos no se relacionan directamente con el agua de la piscina, sino más con el hecho de estar en contacto con la humedad, descalzos y compartiendo espacios y objetos con más personas.

La mejor receta para evitar todas estas infecciones es no caminar descalzo por el borde de la piscina, usar chanclas o sandalias de goma al utilizar las duchas, evitar las zonas con poca higiene y no compartir toallas ni calzado.