«Ahora solo escuchamos lo que interesa a la industria musical»
El artista madrileño actúa hoy en la Sala Concept, en el estreno de la nueva propuesta de Ignacio Faulín 'Iberpop-Mis conciertos'
Con el concierto de Ramoncín, esta tarde en la Sala Concept de Logroño (20.30 horas), se estrena el cartel de 'Iberpop-Mis conciertos', una ... nueva iniciativa del promotor riojano Ignacio Faulín que propone músicas de sesgo muy variado, tanto de leyendas como de artistas revelación. En el primer grupo se enmarca Ramoncín, con más de cuatro décadas de andadura profesional y que en esta ocasión nos visita con su banda Los eléctricos del diablo y un repertorio donde figuran himnos del rock como 'El rey del pollo frito', 'Reina de la noche', 'Hormigón, mujeres y alcohol' o 'Marica de terciopelo'.
– ¿Escucharemos en Logroño algún nuevo tema de Ramoncín?
– Estamos dándole vueltas a un tema que yo creo que ya está en un punto definitivo, se llama 'No volarán', dice muchas cosas, son frases muy concretas, es un rock muy a mi estilo con influencias americanas, mucha guitarra, con ritmos pegadizos y una letra que cuenta las cosas. Sin necesidad de poner nombre y apellido, cualquiera que lo oiga lo va a entender. Y estoy escribiendo muchas canciones porque queremos grabarlo lo antes posible.
– ¿Con qué clásicos de su repertorio nos visita?
– Creo que no nos dejamos ningún disco fuera, aunque el criterio de selección es muy relativo. Hay una parte con lo que la gente quiere y otra con lo que tú te sientes realmente cómodo. El público tiene sus recuerdos y sus canciones, pero para mí hay temas que no significan lo que significaban entonces y otros, curiosamente, es como si estuvieran recién escritos, como 'La chica de la puerta 16'. Siempre digo que si en mi primer disco había 8 canciones, 6 de ellas se podrían escribir ahora. 'Marica de terciopelo', por ejemplo, habla de la homofobia y del empoderamiento de una persona gay desde el punto de vista de un heterosexual como yo; 'El loco de la calle larga' aborda los problemas mentales, que todos sabemos ahora lo importantes que son y el escalofrío que produce que en este país se suiciden once personas diariamente, la mayoría gente joven porque les hacen bulling, les presionan, y es durísimo. Quiero decir que las canciones a veces se anticipan o los problemas no se han resuelto, creo que es una mezcla de ambas cosas.
– El punk marcó los inicios de su trayectoria. ¿El punk ha muerto?
– En realidad a mí me gustó siempre el rock. Yo despierto a la música en el año sesenta y muy poco, porque tengo un hermano mayor que compra los singles de los Beatles y los Stones, y nosotros por nuestra parte escuchamos más cosas como The Doors y mucha música californiana. Después se impusieron los solistas románticos pero a mí me gustaban más los grupos (Los Brincos, Los Bravos, Los Canarios, Los Salvajes, Los Relámpagos, Pop Tops) por eso grabé en 2009 'The Cover Band', porque quería cantar esas canciones con las que había disfrutado tanto. Luego llegó el momento en el que todo era sinfónico, con mezcla de psicodelia y rock progresivo, y en medio de todo eso se arrancó la gente a hacer canciones de tres minutos. Y nos pasó a todos igual, y nos cortamos el pelo. Y esas canciones de tres minutos son demoledoras, como 'God Save the Queen' de Sex Pistols, que es una maravilla y uno de los grandes temas de los últimos tiempos.
– ¿Cómo diría que es el rock del Ramoncín de hoy?
– En mis canciones siempre ha habido un concepto muy social, aunque ahora tengo una visión no sé si llamarla más racional. Musicalmente me gusta seguir aprendiendo y creo que hay cosas muy interesantes en los nuevos sonidos que no es malo incorporar. Y aunque nunca he sido monotemático en mis discos, lo que más me ha influido y me influye es la música americana, la que más escucho. También todo lo que hizo Lou Reed o The Velvet Underground, o las letras de Dylan y de Springsteen. Pero vivimos en un tiempo en el que no es malo hablar de la problemática, como en el tema '10 segundos' que escribí hace diez años y parece que lo hubiéramos escrito ahora a propósito de lo que está pasando en Gaza y en Líbano.
«Me gusta lo urbano, tiene cosas muy interesantes que voy a aplicar a mis nuevas canciones»
«Hay temas de mi repertorio, como 'La chica de la puerta 16', que parecen recién escritos»
– ¿Y su público de hoy?
– Es muy curioso, porque cuando te haces mayor la gente de tu edad deja de salir, se acomodan, se aburguesan o simplemente están cansados y solo quieren estar en casa haciendo su vida. De esa gente cada vez queda menos. Y a partir de ahí empiezas a bajar edades y sorprende mucho ver a una niña o un chico de 8, 10, 12 años mirándote embelesado porque seguramente la madre, el hermano o un primo mayor le ha estado dando la matraca, y ahí ves lo fácil que es capturar la atención de cualquiera si haces las cosas bien. Y eso es lo que hay que hacer, luchar para que el público se vaya renovando dentro de lo posible.
– ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor para la música?
– Pues no lo sé, yo diría que cualquier tiempo pasado fue anterior. ¿Mejor? Depende en qué. Era mejor porque se difundía prácticamente todo, pero hubo un momento en que alguien se dio cuenta de que la mejor manera de censurar es no difundir. Y se prescinde de lo que no interesa a la industria desde un punto de vista económico, y entonces te quedas sin saber lo que hay. Ahora solo se escucha una música que a mí particularmente no me gusta (se refiere sobre todo al reguetón). Me gusta lo urbano, creo que hay cosas muy interesantes y algunas las voy a aplicar en las canciones que estoy haciendo. La pregunta es, tal y como hoy la gente disfruta oyendo temas nuestros de hace 40 años, ¿ocurrirá lo mismo dentro de cuarenta años con la música que se escucha ahora? No lo sé, creo que va a ser difícil.
– Usted es una persona con pocos filtros a la hora de expresar sus opiniones. ¿Algún asunto capaz de coartar su oratoria?
– No es cierto que no use filtros. Digo lo que pienso, pero antes he pensado lo que voy a decir. Cuando tengo que hablar de algo que no conozco, me instruyo o me callo, pero opino con total libertad y sin insultar. Llevo 45 años hablando en la radio, en las teles, escribiendo canciones y libros, y conmigo no se ha querellado nunca nadie, lo cual indica muchas cosas.
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