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Mesa redonda sobre la inteligencia artificial, en la que han participado Idoia Salazar y Richard Benjamins.

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Mesa redonda sobre la inteligencia artificial, en la que han participado Idoia Salazar y Richard Benjamins. Sonia Tercero
X Jornadas Futuro en Español

El reto de enseñar español a la inteligencia artificial

La jornada ha reflexionado sobre las relaciones entre el idioma y esta tecnología, así como sobre la ética, sus potencionalidades e inconvenientes

Luis J. Ruiz

Logroño

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Jueves, 29 de octubre 2020, 12:49

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Quizá la idea más difundida de la inteligencia artificial sea esa que traza una distopia futurista en la que las máquinas toman el mando para liderar (o extinguir, según el nivel dramático) del mundo. Pues no. La inteligencia ya está aquí y sigue teniendo un claro componente humano que debe ser el encargado de ponerle límites y de aportarle la dosis suficiente de ética para que la cuestión no se nos vaya de las manos y poder exprimir al máximo las potencialidades que comporta.

Esa ha sido el grueso de la línea argumental mantenida durante la mesa redonda que ha abordado el desarrollo de la inteligencia artificial en la segunda jornada de la décima edición de las jornadas Futuro en Español que se celebran en Logroño y en la que han tomado parte Daniel Burgos, vicerrector de Proyectos de Investigación Internacionales de UNIR, Idoia Salazar, cofundadora, presidenta, y codirectora del Área de Ética y responsabilidad del Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial, OdiseIA, Jesús Carrera, director general de Estrategia Digital de Vocento, y Richard Benjamins, jefe del área de inteligencia artificial y datos de Telefónica.

Benjamins, que ha reflexionado sobre las relaciones entre idioma e inteligencia artificial, ha apuntado que la tecnología aún cuenta con margen de mejora, que introduce ciertos sesgos, por ejemplo, en la traducción de textos, que hay que mejorar porque, realmente «las máquinas no entienden lo que están leyendo, ven datos, pero no saben razonar, solo entienden relaciones, sólo reproduce cosas que ha aprendido con su algoritmo». Y ese margen de mejora pasa, porque la comunidad hispanohablante se aplique en la materia en un escenario en el que, en la actualidad, «toda la tecnología del español está controlada por empresas americanas».

Mesa redonda sobre inteligencia artificial. Sonia Tercero
Imagen principal - Mesa redonda sobre inteligencia artificial.
Imagen secundaria 1 - Mesa redonda sobre inteligencia artificial.
Imagen secundaria 2 - Mesa redonda sobre inteligencia artificial.

Y hay que hacerlo ya porque, como ha recordado Idoia Salazar, «la inteligencia artificial no es el futuro, es el presente, ya se está usando y se están aprovechando sus ventajas». Pero no vale hacerlo de cualquier manera sino respetando barreras que deben ser infranqueables: «La inteligencia artificial requiere pensar en ética y en responsabilidad, requiere algo más que el resto de tecnologías a la hora de aplicarla. OdiseIA nace para que las empresas tengan en cuenta el punto de vista ético y humano de estas tecnologías».

Y es que, en el fondo, por muy artificial que sea «todavía depende de la conciencia de los humanos a la hora de abordar esta tecnología. De nosotros depende encaminar la inteligencia artificial hacia un futuro apocalíptico o convertirla en una ayuda muy grande a la hora de tomar decisiones», defendió haciendo un llamamiento a la necesidad de eliminar los prejuicios que aún sobrevuelan esta tecnología. «Se debe cambiar mucho la educación para poder convivir en el futuro con las máquinas. Es necesario reforzar el espíritu crítico para que el ser humano siga siendo el protagonista».

Alguna de esas potencialidades las puso sobre la mesa Jesús Carrera. También alguno de los inconvenientes: «Los medios de comunicación estamos muy afectados por la digitalización y hemos tenido un impacto temprano. Nos tenemos que adaptar a los hábitos de consumo». En Vocento, explicó «se conectan 65.000 millones de dispositivos de los que cada mes recogemos su navegación que son tratados mediante sistemas automáticos de una forma ética y necesitamos la ayuda de la inteligencia artificial para detectar quiénes son los creadores reales del contenido y quién aporta valor informando de manera veraz».

Pero para exprimir al máximo las potencialidades de todas estas tecnologías insistió, es preciso que el españolo gane peso en su desarrollo. Sobre todo, porque una inteligencia artificial en español permitirá «detectar quiénes son los creadores reales del contenido y quién aporta valor informando de manera veraz».

También la universidad, en un escenario en el que la formación a distancia gana terreno de la mano de la pandemia, tiene un peso específico la inteligencia artificial. «La inteligencia artificial en el ámbito educativo permite almacenar, interpretar y categorizar los datos para personalizar la experiencia educativa a cada uno de los miembros de la comunidad», explicó Daniel Burgos.

«La inteligencia artificial en la universidad en español puede jugar y juega un papel interesante anticipándonos y prediciendo comportamientos de profesores y de alumnos y eso permitirá poner en práctica medidas y realizar acciones para reconducir situaciones y que alumnos y profesores puedan alcanzar sus objetivos», completó.

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