Pablo Sainz-Villegas, un regalo para La Rioja en La Revuelta

Arrancó con la mítica canción del Cola Cao, dedicándosela al repostero Jordi Roca, y cerró con Gran jota de concierto, una composición de Francisco Tárrega, que deleitó al público de La Revuelta y a los espectadores que veían la televisión en la noche del lunes. Que Pablo Sainz-Villegas es un virtuoso de la guitarra es de sobra conocido. Nadie lo cuestiona. Que es un embajador inmejorable de La Rioja tampoco entra dentro de las dudas. Lo que quizá descubrieron muchos ayer en el programa de La 1 es que el intérprete más internacional de esta tierra es un gran conversador, que se adapta a cualquier formato (ya se sabe que David Broncano no hace entrevistas al uso) y que es muy divertido.

Los espectadores se lo pasaron muy bien con Sainz-Villegas. Seguro. Y los responsables de Turismo de La Rioja deben estarle enormemente agradecidos. ¡Menuda promoción! sin gastar ni un euro. Pablo apareció con su guitarra, compartió unos minutos con el anterior invitado, Jordi Roca, y llegó el turno de los regalos (cada invitado entrega un detalle al presentador). Generoso, no sólo le llevó un presente al comunicador, también al resto de su equipo, a Grison, a Ricardo e incluso a Jorge Ponce, que en ese momento no andaba por allí.

Les regaló experiencias. Unos vales para que visiten La Rioja en mayo, con motivo de La Rioja Festival (del que es impulsor y director). Los llevó en unas bolsas amarillas en las que durante algún minuto se vio perfectamente que ponía La Rioja Festival. Los ilustres invitados sólo tendrán que traer para ese viaje algo así como hambre, sed y ganas de disfrutar, vino a decirles.

Y no quedó la cosa ahí. Según transcurría la entrevista, entró en el juego del pique de Broncano con Pablo Motos, que toca la guitarra. Muy bien, según el presentador jienense. Y con algo menos de nota para un socarrón Sainz-Villegas. El caso es que como Broncano no sabe tocarla, para que pueda medirse con su rival televisivo en la franja nocturna (en vez de boxeando como le propuso en su día Alejandro Sanz), le hizo otro regalo, diez clases de guitarra española. Qué envidia debió sentir más de uno, qué maravilla que te enseñe a tocar la guitarra el mejor.

Pablo tuvo tiempo de recordar que tocar la guitarra es una pasión que tiene desde pequeño. Comenzó a los seis años, con una que le compraron sus padres, «en la única tienda de música que había en Logroño», y que era del mismo tamaño que él. No importaba, tal era su interés por tocar que ese empeño le ha hecho desarrollar una mano izquierda de mayor tamaño para poder sujetar adecuadamente los trastes. «El cuerpo, como una expresión de vida, te ayuda a dar la mejor versión de ti mismo», comentó después de juntar sus dos manos para demostrar que lo que decía sobre la diferencia de tamaño era verdad.

Ah, por si alguien tiene la duda. No, Broncano le hizo las preguntas clásicas, las del dinero y el sexo.

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