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David, arriba, y José Muñoz, abajo, en la escena del crimen. Virginia Carrasco

Estopa: «Doscientas canciones después, seguimos con lo mismo»

Rock, bossa nova, rumba, funk e incluso una canción de amor dirigida a Siri, el asistente de voz, dan cuerpo a 'Fuego', el nuevo álbum de Estopa

Iker Cortés

Madrid

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Miércoles, 16 de octubre 2019, 19:17

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Hay varios versos en 'Fuego' (Sony Music), el último álbum de Estopa, en la calle este mismo viernes, que hablan de las inseguridades del escritor, del pavor a no tener nada que contar. Y parece mentira porque los de Cornellá de Llobregat no han faltado nunca a su cita discográfica desde que a finales de los noventa lanzarán su debut -bendito debut- y volvieran a poner de moda la rumba y el cachondeo. «Siempre hemos tenido miedo a la página en blanco», confiesa José Muñoz, el más pequeño de los dos, a punto de cumplir los 41 años. David, de 43, recuerda que la segunda canción que compusieron en su vida decía algo así como 'últimamente no escribo nada'. «Doscientas canciones después, seguimos con lo mismo», explican entre risas.

¿Y qué es 'lo mismo'? Pues doce nuevos temas que tocan palos tan distintos como la bossa nova, el rock, el funk o el pop, con letras que hablan de la odiosa rutina, de las relaciones complicadas y tóxicas, de la chica que a uno le vuelve loco o de lo difícil que es abrirse y describirse a uno mismo. Por haber hay hasta una canción de amor a una inteligencia artificial como Siri. «Casi parece un capítulo de 'Black Mirror'», comenta David, que hace hincapié en que siempre les han gustado ese tipo de historias.

Lo que no cambia es esa habilidad que tienen para combinar estilos y que todo siga sonando a Estopa. «Buscamos la novedad y el viaje entre canción a canción», apunta David. «Nos gusta que haya dinamismo -completa José-. Hacer un disco sólo de bulerías, de tangos o de rock sería algo infumable». Tampoco se olvidan de la balada, que esta vez lleva por nombre 'El último renglón'. «Nunca hemos sido muy fans de ellas, pero si la letra acompaña, puede llegar a unas cotas muy altas de emotividad. Eso sí, si la letra es falsa, estás en la mierda», apuntala con crudeza el mayor de los Muñoz.

Con el disco a la venta, será inevitable que el dúo comience a girar por toda España. Y tampoco es que les apasione la idea. «Nunca nos ha gustado mucho subirnos al escenario», se arranca David. «A ver, cuando estás tocando te lo pasas bien, pero viajar, hacer la prueba de sonido, ir a todos los sitios. Es un pequeño coñazo. Decía Sabina que a él le pagaban por viajar, más que por tocar. Es que no tenemos esa necesidad, no somos del circo ni tenemos actitud de feriante, nos gusta mucho estar en nuestro barrio», explican.

En cambio, la pasión por la composición permanece intacta. «Ahí sí que no estamos atrapados -dice David, haciendo referencia a una de las nuevas canciones del álbum-, ahí nos sentimos libres». Y es que cuando las giras tocan a su fin, los hermanos se encierran con dos sillas, dos guitarras y «a vivir». Ajenos a las modas, casi podría decirse que por ellos no ha pasado el tiempo. «Nos ha cambiado la voz, la cara, tenemos canas, pero sí es verdad que hacemos las cosas muy parecidas y nos gustan las mismas cosas», dice David. «Es que veinte años le cambian a cualquiera, pero han pasado rápido. Tenemos el mismo look desde la primera comunión», exagera a su lado José.

En 'Fuego' se atreven con piropos tan sugerentes, originales y cañís como 'estás más buena que la cerveza' -«Estaba ahí y nadie lo había dicho», afirman entre risas- y niegan que exista la autocensura: «Otra cosa es que cambies algo en una letra porque lo ves más elegante o fino». De lo que sí que no hablan es de la complicada situación en Cataluña. «Vamos a ser dueños de nuestro silencio. Nadie nos calla, pero nos hacen una entrevista cada cuatro años, que sea sobre música», responde David.

Pues que sea sobre música. Tras veinte años de andadura, ¿qué echan de menos de la industria en los noventa? «Antes, cuando hacías un disco, no hacías una sola canción. Todas eran importantes. De hecho, aunque algunos las vean así, no creemos en las canciones de relleno. Ahora la gente escucha canciones sueltas, pero nuestros discos están hechos para escucharse enteros», comenta David. «Era más romántico meter el CD y leer el libreto», concluye José.

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