Menda mató a Mendo
Jonás Sainz
Martes, 10 de junio 2025, 10:53
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Jonás Sainz
Martes, 10 de junio 2025, 10:53
Qué difícil la comedia, qué ingrata. Hacer reír ha sido siempre un arte muy serio y, con los tiempos que corren, incluso de alto riesgo. ... Con sus burlas y ocurrencias, los bufones se la siguen jugando en la corte por unas migajas y por el aplauso del público. Pero estos días el pueblo logroñés, el que no ha huido a la playa, está más ocupado en defenderse de los franceses a fuerza de gintónics en Bretón de las terrazas. No han sido los éxitos populares de antaño las tres obras representadas este fin de semana de teatro bernabeo ni tampoco las más memorables, pero juntaban al menos una cartelera variada.
Yllana contentó a sus fieles con la enésima demostración de yllanismo, ese género de teatro cómico gestual, sin palabras, marca de la casa desde hace más de treinta años, deudor de genios catalanes como el recordado Pepe Rubianes, Vol Ras o Tricicle, que ha procurado a la compañía madrileña grandes éxitos pero que da síntomas de agotamiento. Esta vez con la sátira apuntando a las tiranías y las guerras, 'War Baby' vuelve a explotar esa fórmula que mezcla humor un poco simple y un poco gamberro pero que en realidad ya sorprende a pocos y no ofende a nadie. Sin embargo, tiene algo Yllana que no tiene nadie más: tiene al gran Luis Cao, verdadero Ronaldinho de la mímica moderna, al que siempre merece la pena ver sonreír.
En otro estilo, 'La piel fina' dio muestra del tipo de comedia más comercial que triunfa en Barcelona y trata de replicarse en la Gran Vía o en Bretón pero que, por la razón que sea, no funciona igual. Carmen Marfà y Yago Alonso, guionistas de éxito también cinematográfico, escriben a cuatro manos otro pasatiempo más de dobles parejas dejando de ser jóvenes sin tampoco parecer todavía muy maduras. En este caso, la maternidad lleva a los protagonistas a enredarse en un lío de lugares comunes y no demasiada chispa sobre la hipocresía que oculta la corrección política. No aporta gran cosa, pero tampoco Woody Allen, eterna referencia del género cómico intelectualoide, ha sido siempre imprescindible.
Y acaso sea que uno ya no se ríe como antes se riera o que los recuerdos idealice, carcajada y astracán, con Fernando Gómez Fernán 'De Don Mendo la venganza', mas la versión de Paco Mir y su dulce compañía El Can no iguala la alegría en la balanza que Muñoz Seca sin rubor a Shakespeare y a Calderón parodia. Qué fastidio, si hacer reír ya es cosa fastidiada, más se odia hacerlo en verso que en prosa asalariada. Que ripios así de suicidio son o para en San Bernabé salir corriendo a Benidorm. Igual que menda, tiempo ha, bien se ve, mató a Mendo por honor. Oh, cielos, qué olor.
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