Broche grandioso a un formidable festival
Y llegó por fin el sábado, el gran día de gala del festival, con el auditorio de Riojafórum hasta la bandera y la presencia principal ... de Pablo Sáinz-Villegas a la guitarra y la excelente orquesta ADDA Simfònica de Alicante con su director-fundador al frente, Josep Vicent: un éxito asegurado. El programa se abría con 'Aqua Cinerea', primera obra en el catálogo del compositor residente del festival, el valenciano Francisco Coll (1985-). Sorprende que una Opus 1 de un compositor contemporáneo sea para semejante masa orquestal, como también sorprende que llegue con tanta facilidad al público, a pesar de su lenguaje actual, y es que en sus partituras hay raíces y no capricho, hay verdad que sale del interior y no retorcimiento técnico, hay exquisitos reflejos del alma popular y no sólo efectos sonoros. Un acierto máximo entregar la residencia en La Rioja Festival a Francisco Coll, como hemos comprobado estos días. Y completaba la primera parte, el Concierto Místico y Profano para guitarra y orquesta del famoso compositor mexicano Arturo Márquez, que viajó a Logroño exclusivamente para estar presente en el concierto y al que vimos visiblemente emocionado por la soberbia versión que nos ofrecieron solista y orquesta y la calurosa acogida del público logroñés. Este concierto de Márquez, que es un encargo de la Asociación Cuerdas en Común de Pablo, está claramente enraizado en el alma popular, con un primer movimiento, I. Encuentro, alegre y animado, seguido de un entrañable e íntimo II. Serenata piadosa, para desembocar en el brillante III. Diferencias sobre la romanesca, a ritmo contagioso de baile. Un precioso concierto, en la línea popular de sus famosos «Danzones», que tan famoso le han hecho. La extraordinaria interpretación de Sáinz-Villegas adquirió carácter épico cuando supimos que había tenido un pequeño accidente con la bicicleta que le había afectado bastante a uno de sus dedos, hasta el punto de haber estado a punto de cancelar. Incluso con el dedo infiltrado, aquello fue una preciosa fiesta de la música, con una orquesta volcada en redondear su sonido y su volumen abrigando a la guitarra. Como siempre, fue un gran éxito de nuestro querido guitarrista. En la segunda parte pudimos disfrutar de la excelencia de esta joven orquesta alicantina, titular del Auditorio De la Diputación de Alicante (¡¡qué envidia, Señor!!), de donde sale el acrónimo ADDA que le da nombre. En pocos años esta orquesta es una referencia en el panorama sinfónico español, gracias a la inmensa labor de su director-fundador Josep Vicent, proponiendo y alcanzando altas cimas musicales. Su interpretación de Cuadros de una Exposición de Mussorgsky, en la brillantísima orquestación de Maurice Ravel, fue verdaderamente deslumbrante, descriptiva y de un virtuosismo de todos los instrumentos solistas descomunal. El grandioso final «La gran puerta de Kiev» terminó poniendo en pie a todo el público asistente. Impresionante concierto y con excelsa propina: el arrebatador Danzón nº 2 del propio Arturo Márquez, su obra más emblemática y brillante.
Y el domingo nos esperaba otro conciertazo de antología en la concatedral de La Redonda, con la espectacular Sinfonía nº 3 «con órgano» de Camille Saint-Saëns, una obra única en el repertorio sinfónico que ensambla el formidable sonido del gran órgano romántico de tubos con el poderío de una grandísima orquesta (incluso con la presencia de un piano a cuatro manos) tan difícil de programar en las salas de concierto. Ya sabemos que la acústica de las grandes iglesias es siempre problemática, pero podemos decir que, en esta ocasión, al menos donde yo estaba, sonó muy bien. Esta sinfonía es una obra de madurez del gran compositor francés, con un precioso entramado de diálogos entre las diferentes familias orquestales, con un bellísimo adagio de pacífica belleza y el esperado final en el que el órgano aparece majestuoso en colosal dialogo con toda la orquesta: es un momento grandioso y emocionante, verdaderamente inolvidable, que organista y orquesta elevaron a alturas auténticamente celestiales. Para colmo, tanto el excelente organista Daniel Oyarzábal, como el director de la orquesta Josep Vicent, nos propusieron una excepcional propina: 'La gran puerta de Kiev' de nuevo, pero a órgano y orquesta. ¡Impresionante final!
No podía terminar de forma más fastuosa esta extraordinaria 4ª edición de La Rioja Festival, que ha subido el listón a alturas difícilmente superables. Toda La Rioja y especialmente los amantes de la música, tenemos que agradecer a Pablo por su implicación máxima y el enorme cariño que pone en el festival, a Sara Illana, su esposa y directora técnica del festival, por la calidad organizativa que se aprecia en todo momento y a su formidable equipo, que se desviven por conseguir que todo funcione como un reloj suizo, con situaciones logísticas a veces heroicas. Mi admiración y agradecimiento. ¡Bravo y a por el 5º festival!
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