De la tierra al cielo

calahorra. Los últimos grupos del Start Innova nos ofrecen proyectos muy interesantes. Una empresa cuyo objetivo es ayudar a encontrar empleo a personas con alguna minusvalía; otra, de colocación de máquinas expendedoras de vino de Rioja; una que ofrece servicios como sacar a pasear perros o de limpieza y una última de muy altos vuelos centrada en la utilización de clones.

El tutor de Teresianas es Francisco Jiménez. Él está seguro que este tipo de concursos «sirve para que tomen conciencia del emprendimiento, que su cabeza salga por un rato de lo estrictamente académico», cuenta. «También es interesante que los chavales vean que existen otras alternativas a la búsqueda de empleo», explica. Los proyectos de estos tres grupos están apadrinados por la cooperativa calagurritana Dunviro. «Es interesante participar en algo que tiene como ingredientes la educación, la innovación y el emprendimiento», explicaba Carlos Rubio, gerente de la cooperativa.

Javier Gutiérrez ha ido acompañando a su grupo en el concurso Start Innova. «Hemos currado de lo lindo para estar a la altura del concurso», comenta. Para él es muy interesante que los chavales bajen los pies a la tierra. «El proyecto sirve para que los alumnos se den cuenta de que no es nada fácil emprender ni crear una empresa, ellos piensan que todo se lo dan hecho y se dan cuenta con estos proyectos de que lo que se consigue siempre es a base de trabajo», comenta. Y es que las dificultades no son, a veces, difíciles de solventar. Para el grupo TLAP lo más complicado del proyecto fue trabajar en equipo. «Nos costó mucho ponernos de acuerdo a la hora de elegir el proyecto que íbamos a presentar», comentaba uno de sus integrantes.

Para 'El quinto sueño' también fue complicado decidir la idea sobre la que trabajar. «Teníamos muchas ideas y al principio todo lo que se nos venía a la menta era relacionado con nuestras necesidades, después nos dimos cuenta de que queríamos hacer algo que fuese productivo para la sociedad», comentan.

Para Wine Innovation la dificultad llegó a la hora de decidir de dónde sacar los ingresos iniciales para elaborar su proyecto mientras que para La Masía llegó a la hora de contestar unas preguntas que en principio parecían muy simples: ¿Qué?, ¿cómo? y ¿para quién? Al final lo consiguieron.