Francisco Javier Díez Morrás | Historiador
«Tomás Ramírez fue una gran persona, un intelectual y un sacerdote ejemplar»La revista Berceo publica un número monográfico en homenaje póstumo al sacerdote riojano, que se presenta hoy en el Centro Fundación Caja Rioja
El doctor en Historia Francisco Javier Díez Morras presenta hoy (Centro Fundación Caja Rioja Santo Domingo de la Calzada, 20.00 horas), el número monográfico con el que la revista Berceo, de la que es director, rinde homenaje póstumo a Tomás Ramírez, bajo el epígrafe 'Arte, cultura, historia, Iglesia'.
– ¿Por qué merece Tomás Ramírez un monográfico de Berceo?
– Tomás fue un investigador, un historiador riojano, que promovió diferentes aspectos relacionados con la cultura riojana. Investigó sobre temas artísticos, sobre la historia de la toponimia, el arte en general. Promovió, también, la recuperación del patrimonio riojano, a través de la creación del Taller Diocesano de Restauración; promovió la restauración de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, de su cabecera... De alguna manera, ha sido un líder cultural en La Rioja.
– ¿Cuál cree que ha sido su principal aportación a La Rioja?
– Sus aportaciones son muy variadas. Desde el punto de vista patrimonial creó el Taller Diocesano de Restauración que, con la ayuda de la Fundación Caja Rioja, comenzó a restaurar el patrimonio artístico de las iglesias de nuestra diócesis. A través de él se recuperaron retablos tan importantes como el de Santo Domingo de la Calzada, Ábalos, San Vicente de la Sonsierra etc y, también, otro patrimonio quizás menor, de ermitas y pequeñas iglesias. Por otra parte, se adentró en estudios realmente importantes relacionados con la recuperación de la etnografía, de las tradiciones... Por ejemplo, él estuvo muy interesado en la recuperación de exvotos pictóricos, que es un arte menor, pintura popular, que aparecía en multitud de iglesias y ermitas de La Rioja. También se empeñó en recuperar la toponimia, tanto de Santo Domingo como de Albelda, Arnedo, y eso le llevó a estudiar el origen de La Rioja, del topónimo 'Rioja' y donde se encontró la primera 'Rioja'.
– Usted lo conoció en Santo Domingo de la Calzada, donde fue párroco desde 1981 hasta 1999. ¿Qué destacaría, pastoralmente, de su paso por la ciudad?
– Tomás Ramírez formó parte de ese clero que asumió y se sumó a la reforma patrocinada por Juan XXIII a través del Concilio Vaticano II; de aquel clero que vio la pastoral como algo fundamental en la labor de la Iglesia, y, a partir de los años sesenta, él y otros sacerdotes de la diócesis desarrollaron una importante labor en la renovación de la Iglesia riojana.
– Supongo que ustedes dos trabajarían codo con codo en algunos temas...
– Sí, trabajé con él en varios temas de investigación, relacionados con la historia y el arte de Santo Domingo de la Calzada y de La Rioja. Colaboré con él en la recuperación toponímica de la ciudad calceatense, en el inventario de nombres y lugares de esta zona. También en la organización del congreso sobre la cabecera románica de 1998, en distintas exposiciones y publicaciones.
– Era un hombre culto, ¿y un hombre bueno?
– Era una persona carismática. Ese carisma venía dado, no solo por su gran formación intelectual, histórica y teológica, sino también por su propia personalidad. Era una persona generosa, bondadosa, caritativa, que se daba a los demás, y de aquello que predicaba daba su propio ejemplo. Eso hizo de él una persona con carisma, con grandes amigos, algo que se ve en los distintos homenajes que se le han ido haciendo desde que falleció, siendo este de la revista Berceo el homenaje intelectual final que se le tributa.
– En pocas palabras, Tomás Ramírez fue...
– Tomás Ramírez fue una gran persona, un intelectual, un eclesiástico ejemplar, que va a dejar una huella profunda tanto a nivel personal como a nivel académico, de investigador. Sin duda, el legado que deja va a quedar en el tiempo.