Isidro Aguillo
El reconocido profesor jarrero, investido doctor honoris causa por la universidad AAB de Pristina en Kosovo
Las distinciones se le acumulan al ilustre investigador jarrero Isidro Aguillo, que ha sido investido profesor honoris causa por la Universidad AAB en Pristina (Kosovo) ... en «reconocimiento a sus excepcionales contribuciones en ciencia, educación e investigación, que han permitido avances en la excelencia académica y la colaboración internacional», como apuntaron desde el centro académico.
El investigador, nacido a los pies del arco de Santa Bárbara, trabaja desde hace mas de treinta años en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), donde ocupa el puesto de vicedirector técnico de su Instituto de Políticas y Bienes Públicos. Ya contaba con doctorado honoris causa por la Universidad de Indonesia (2009) y por la Universidad Nacional de Investigación Nuclear (MEPhI) (2015). Además, recibió la Honorary Medal del IREG Observatory on Academic Ranking and Excellence en 2020.
Desde hace siete años figura en la lista del 2% de científicos más citados del mundo en el prestigioso ranking que elabora la Universidad de Stanford.
Aguillo compartió junta directiva en la Asociación Española de Terminología con otro ilustre jarrero, el difunto académico Ángel Martín Municio.
– Ya son más de 30 años trabajando sobre estos temas y, al final, hay algunos resultados que son a corto plazo y este es a medio o largo, por lo que estoy muy agradecido. No es algo puntual, sino de una trayectoria que empieza a ser dilatada.
– Hay que tener la suerte de llevar un tema que pueda tener impacto general. Nosotros trabajamos en lo que se llama la 'ciencia abierta', que es hacer posible que todo el conocimiento generado, ya sea por investigación o en la academia, esté disponible al público de manera libre. Nosotros tuvimos la suerte de que en esos momentos internet nos facilitó la labor. Nuestro esfuerzo ha sido promocionarlo a través de las buenas prácticas, haciendo que instituciones grandes o pequeñas de cualquier lugar del mundo se involucraran.
– El problema es que la calidad depende mucho de los autores, de los intereses, etc. Nosotros reconocimos, en primer lugar, la información generada por las universidades, que denominamos islas de calidad. Es información más fiable, de más calado e interés que la información genérica. Ahora estamos intentando que ese contenido que ya tienen, lo distribuyan de manera que se pueda utilizar por todo el mundo. Nosotros valoramos a aquellas instituciones que distribuyan su contenido de forma más eficaz.
– Es verdad que con la aparición de la IA todos tenemos que reciclarnos. Durante mucho tiempo luchamos por que la información en papel se digitalizase. Hay que hacerlo de una manera estructurada. Si no está ordenada, aunque la información esté publicada en la web no es accesible. Con la IA tenemos que reconocer las limitaciones de las herramientas, pero siempre en positivo. Al final la clave es que la IA depende, no solo del uso que se le dé, sino de los contenidos que estén disponibles en ella. Es importante que los contenidos propios sean accesibles para la IA, porque si no, nos vamos a encontrar con resultados sesgados.
– Es cierto que hay una opacidad, pero también sabemos que los contenidos son los que mayormente se encuentran en las redes sociales, las páginas web y los libros digitales. Ahí hay una preocupación por nuestra parte en doble sentido: no toda la información tiene la misma calidad, por lo que habría que hacer un esfuerzo para que hubiese más información de fuentes fidedignas, como la académica. Y, por otro, la propia fuente académica debería hacer un esfuerzo adicional para generar aún más contenidos o hacer públicos los contenidos con los que cuentan. No se puede esperar unos resultados si previamente no hemos puesto esa información en abierto.
– En todos los países hay unas élites a las que sí les interesa promover la información, lo que pasa es que determinados regímenes políticos tienen cierta predilección por ciertos contenidos o sesgos que suelen ser simplemente censura de contenido. El caso más obvio es el producto de IA chino, 'deepseek', al cual no le puedes preguntar cuestiones políticas relevantes para el régimen porque está censurado. Sí existe por parte de las élites un interés por conocer y controlar la IA.
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