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Un blindado desfila por delante de legionarios italianos, en Logroño. BORGHI
Eficaz intervención italiana en la Guerra Civil española

Eficaz intervención italiana en la Guerra Civil española

MI PUNTO DE VISTA ·

De cómo el Ejército transalpino dejó su huella en La Rioja

ANTONIO DE LORENZO

Jueves, 13 de mayo 2021, 02:00

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El 17 de julio de 1936, estalló en el Protectorado Español de Marruecos la rebelión militar de los nacionales. La primera dificultad que se encontraron constituyó un grave problema logístico y estratégico: la Armada española se había mantenido al lado de la República y conservaba el control del Estrecho, con lo cual hacía imposible el traslado por mar de las tropas hacia la Península.

El mando nacional telegrafió a Hitler y a Mussolini solicitando su ayuda.

Los italianos respondieron inmediatamente enviando una docena de aviones de transporte con suministros militares; los alemanes tardaron más.

Coincidiendo con el golpe de Estado, se hallaban en el norte de África Bernhardt y Adolf Langenheim, influyentes hombres de negocios, que volaron a Berlín para informar a Hitler de la situación de aquel alzamiento.

La decisión de apoyar a Franco la tomaron Hitler, Göring y el ministro de Guerra, Werner von Blomberg; la llamaron 'Operación Fuegos Artificiales'. Dejaron rodeada a Francia por países enemigos: Alemania, Italia y España.

Los cañones españoles controlaron las dos orillas del Estrecho y la Royal Navy perdería su hegemonía en el Mediterráneo.

En 80 horas había terminado la guerra en La Rioja.

En La Rioja, la Guerra Civil iba a durar tres días y medio: 80 horas, el tiempo que medió entre la sublevación del comandante Roberto White en el aeródromo de Recajo, iniciada a las 7 de la mañana del domingo 19 de julio, y la ocupación de la localidad de Cervera del Río Alhama, sobre las 16.00 horas del miércoles 22 de julio. Solo pudieron registrar el paso de una columna del coronel García-Escámez, procedente de Pamplona, que cruzó el Puente de Piedra de Logroño, en la mañana del 20 de julio, para asegurarse el triunfo de la rebelión en La Rioja y seguir camino de Madrid.

Las noticias de un foco de oposición armada en Alfaro obligaron a variar los planes al militar navarro, que llegó a las puertas de aquella localidad a primera hora de la tarde del día 21. Después de varios disparos de cañón y un breve tiroteo, tuvieron controlado el conato de resistencia.

Al día siguiente, una columna menor de fuerzas de la Guardia Civil y una sección del Batallón de Montaña de Estella entraron en Cervera del Río Alhama con fuego de fusilería y ráfagas de ametralladora. Ahí terminó la sublevación riojana. De esta forma, Logroño se convertía en un territorio tranquilo.

Los italianos apoyaron a los nacionales, antes que los alemanes.

Para entonces, la aviación legionaria de Mussolini había comenzado a prestar ayuda a los sublevados. El 19 de julio de 1936, despegaron de la base de Elmas, en la isla de Cerdeña, los primeros doce trimotores Savoia-Marchetti SM 81 que volaron hacia el Protectorado Español de Marruecos.

La base militar de Recajo, emplazada a 12 kilómetros de Logroño, había sido inaugurada el 30 de julio de 1928, con la ayuda de falangistas y requetés. El comandante Roberto White se hizo con el control de la base aérea.

Como publica en su libro el periodista Marcelino Izquierdo, con el nombre de Corpo di Troppe Voluntarie (CTV) fue conocido el contingente italiano formado por 140.000 soldados. Varias unidades de la 4ª División Littorio del CTV fueron destinados a la provincia de La Rioja, sobre todo a la capital.

Los jefes y oficiales de la División Littorio se alojaron en hoteles y pensiones de la capital: en el Gran Hotel, en especial; mientras que la tropa fue a casas particulares, pisos vacíos y locales prestados. El cuartel general italiano estaba en la Huerta de La Rioja, hoy barrio de Lobete, donde instalaron un potente centro emisor de comunicaciones y otro en la carretera de Soria, muy cerca de la fábrica Licor del Polo; el centro transalpino se hallaba en el chalet El Carmen.

El sistema de encriptación 'Enigma' fue instalado en Logroño. La importancia estratégica que el Ejército italiano concedió a La Rioja fue tal que sus mandos no dudaron en elegir a Logroño como sede del sistema de encriptación denominado 'Enigma', mecanismo rotatorio de cifrado, para encriptar y desencriptar mensajes secretos del Eje. Además de la 'Enigma' riojana, tenían otra en Roma y también en Palma de Mallorca, Cádiz, Burgos y Barcelona. Los militares italianos, alemanes y españoles utilizaron estas encriptadoras combinando un libro de códigos denominado DEI, como acrónimo de Deutschland, España e Italia.

El arsenal italiano fue desplegado entre la glorieta del Doctor Zubía y la calle Duquesa de la Victoria, hasta la vía del tren, ahora Jorge Vigón, sin olvidar el aeródromo de Recajo, que fue el auténtico nudo de operaciones aéreas. También estuvieron acuarteladas las fuerzas italianas en Haro, Briñas, Casalarreina, Fuenmayor, Cenicero, Alfaro y Calahorra.

Gracias a las investigaciones de Marcelino Izquierdo, hemos podido rectificar la opinión que mereció la intervención militar de los italianos durante el enfrentamiento entre españoles en la Guerra Civil. Guadalajara solo fue una batalla perdida.

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