«La trashumancia proporciona mayor bienestar al animal»
David Ceballos El penúltimo pastor trashumante de La Rioja ha trasladado a su rebaño de mil ovejas desde Santo Domingo de la Calzada a Matute en busca de pastos
David Ceballos pertenece a una especie en extinción. Este riojano, de 38 años, es uno de los pocos pastores trashumantes que quedan. Aunque ya no ... abandona La Rioja camino de las dehesas de Extremadura como antaño, cogió a sus cerca de mil ovejas de carne de su estabulación habitual de Santo Domingo y se las llevó a Matute para pasar el invierno. Luego, en primavera, regresará a la localidad calceatense.
David es un 'recién llegado' al mundo de la ganadería. «Aunque los animales siempre me han gustado, no fue hasta 2015 cuando comencé con la estabulación en Santo Domingo», explica, y añade que «hay que ser valiente» para dar el paso, pero no oculta que tuvo que meditar todo mucho para que el proyecto fuera viable. Y además, valorar otros aspectos además del económico: «Un rebaño te quita muchas cosas, y especialmente, estar con la familia». David acaba de ser padre por primera vez, y su pequeña Eda es tanto «la razón para tirar para adelante» como también el motivo para que sus ojos se tornen vidriosos cada vez que recuerda a su pequeña a la que ahora (a pesar de que su madre la lleva un rato cada día) ve mucho menos que a sus ovejas «porque estos días estoy día y noche con el rebaño».
Las visitas de la pequeña de 5 meses a su padre tienen un significado especial porque David y su mujer quieren transmitir a su hija los valores que ellos tratan de cultivar: «Queremos que sea una persona humilde y trabajadora», comenta sin poder evitar emocionarse. «Menos mal que ahora con la tecnología y los móviles cuesta menos separarse de la familia, porque a través de los aparatos, los sientes cerca», confiesa. Y es que la familia constituye un pilar importante para este pastor, «el apoyo de mi pareja es muy importante. Esto es algo que hay que pasar juntos», reconoce, y para escenificar que ese trabajo es cosa de dos, en fechas próximas, David pondrá su ganado bajo la titularidad compartida con su mujer «porque los dos somos iguales», señala.
«Un rebaño te quita muchas cosas, como muchos días de estar con la familia»
«Lo bueno que le das a las ovejas, luego las ovejas te lo devuelven»
«En la ganadería, el relevo generacional es muy difícil; y con el lobo, aún más»
En cualquier caso, y pese a la dificultad, David Ceballos es optimista: «Trataremos de ir creciendo. Yo hago la paja, el guisante y el forraje para ir autoabasteciéndome», comenta.
Esta es la primera ocasión en la que ha decidido hacer la trashumancia con su rebaño de cerca de mil ovejas por «darle una mejor calidad de vida a los animales», porque si algo tiene claro David Ceballos es que «la trashumancia proporciona bienestar al animal, y al final, lo que le das a las ovejas, las ovejas te lo devuelven. Hay que ir a buscar pastos para ellos y además, estos días a las ovejas se les ve diferente», explica el pastor en una parada de sus recorrido.
Máxima dedicación
Pese a todo, David no oculta que hay peligros que acechan a su rebaño y que le obligan a un trabajo extra cada jornada; «El peligro del lobo está ahí. Yo estoy toda la noche con las ovejas a pesar de que levanto un cercado eléctrico cada noche y voy con mastines. Luego, en Matute, Medio Ambiente me está construyendo un cercado», explica porque reconoce que todo el mundo le está ayudando: «La Consejería me está apoyando en todo, el recibimiento en todos los pueblos está siendo fantástico e incluso he tenido que frenar a amigos porque querían venir a acompañarme, pero con los ayudantes con los que vengo ya es suficiente», aún así hay gestos que le provocan emoción: «El otro día vino a vernos una señora de noventa años. Me dijo que es que desde que era joven no había visto a un pastor trashumar con su rebaño...».
Esa ausencia de pastores –y no solo de los trashumantes– es algo que no extraña a David: «El sector primario es complicado, y nosotros en concreto dependemos del forraje, el pienso... por eso, él considera que su futuro pasa por crecer poco a poco y ver qué pasa». En cualquier caso, afirma con rotundidad que a los jóvenes que quieran asumir el rol de ganadero deben tener claro que «hay que ser tenaz, constante... y estar un poco loco. Y buscar mucho, para encontrar quien te puede ayudar».
Pero es consciente de que no hay muchos jóvenes que se atrevan a dar ese paso: «El relevo generacional es muy difícil y ahora con el tema del lobo, aún más» y se adentra en un tema polémico pero de actualidad: «Los pastores somos amantes de los animales y por ello, no estamos en contra del lobo, los ganaderos somos los más animalistas, pero sí apostamos por un control. Ya no es solo lo que el lobo hace, sino cómo deja al rebaño de loco».
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