Una actividad unida a la historia riojana
Su declaración en la comunidad como Bien de Interés Cultural resulta vital ante «su delicada situación de supervivencia»
En el texto presentado por el Gobierno de La Rioja para defender la declaración de la trashumancia en la comunidad como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial se especifica que esta actividad «ha marcado el ritmo, las formas de vida y el paisaje de amplios espacios en la cuenca mediterránea. Una práctica ganadera singular, que ha dado origen a saberes y tradiciones característicos condicionados por el peculiar modo del manejo ganadero que representa».
Si bien la trashumancia, en la actualidad, resulta una práctica minoritaria, «es un fenómeno unido a la historia de la región que ha dejado un legado cultural, histórico y artístico en la comunidad que por sus excepcionales características y valores o por constituir testimonios singulares de la cultura riojana merezcan el máximo nivel de protección en atención al interés público, deberán ser declarados como Bien de Interés Cultural», expone el consejero de Cultura del Ejecutivo regional, José Luis Pérez Pastor.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado esta petición. La declaración permitirá impulsar medidas para su conservación y salvaguarda, además de garantizar su permanencia en el futuro, y también poner en valor a las comunidades que trabajan por preservar esta práctica. «La trashumancia en La Rioja ha tenido una notable presencia a lo largo de la historia, especialmente en las zonas serranas, y se mantiene en el recuerdo de muchos de sus habitantes», sostiene Pérez Pastor.
Legado material
El proceso para declarar la trashumancia Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial comenzó en junio y está previsto que el expediente se resuelva en el plazo máximo de veinte meses –a contar a partir del día siguiente a la publicación en el Boletín Oficial de La Rioja, que fue el 5 de junio, de la resolución de inicio de este procedimiento–. «La salvaguarda de este patrimonio es una tarea que merece el empeño de las administraciones públicas y de los diferentes colectivos sociales implicados en la misma, tanto en lo que se refiere a su práctica ganadera como en cuanto a símbolo representativo de la historia y la tradición de muchas localidades riojanas», incide Pérez Pastor.
Es más, el consejero de Cultura señala la urgencia de esta medida ante «la delicada situación de supervivencia» en la que se encuentra esta actividad en La Rioja. Una situación que obligaba al Ejecutivo regional «a redoblar los esfuerzos para garantizar la salvaguarda de un bien cultural que ha sido, y sigue siendo en la actualidad, uno de los elementos claves de la identidad de nuestras zonas de montaña».