Los bajos precios del cereal no compesan los costes en una campaña histórica en volumen
En el almacén de Ausejo de la Cooperativa Garu hablan de una gran cosecha pero se quejan de que se paga «como hace quince años»
La cooperativa Garu en sus instalaciones de Ausejo mantiene los restos de la cosecha de cereal de 2025, unas 4.000 toneladas de trigo, cebada y algo de centeno. Se recogieron unas 10.000 toneladas.
El encargado del almacén, Luis Miguel Ezquerro, explica que «respecto a otras campañas se puede hablar de una cosecha histórica en la zona, con rendimientos muy por encima de la media. En cebadas de entre 900 y 1.000 kilos por fanega, en 4.500 y 5.000 kilos la hectárea. En trigos entre 900 y 1.200 kilos la fanega y de 4.500 a 6.000 la hectárea».
«Estas cifras no son normales en esta zona, porque en cebadas podríamos hablar de 3.000 kilos la hectárea y en trigos de 4.500 en años considerados buenos», señala Ezquerro.
El descenso de precios de la uva se suma a la falta de rentabilidad del cereal para los agricultores que cultivan ambos productos
El aumento de cantidad de cereal contrasta con la situación que sufren los agricultores. «Los precios han sido malos. Están como hace quince años y los costes se han disparado. Porque los insumos, tanto el abono como las semillas, los fitosanitarios, el gasóleo, están en unos precios que no compensa la producción con los gastos», lamenta el responsable de Garu en Ausejo.
A tal extremo se ha llegado que hay agricultores que se han planteado abandonar el cultivo por la falta de rentabilidad. Incluso aumentan los que van más a allá y barajan la posibilidad de dejar la actividad en el campo.
«Con la tesitura que tenemos en La Rioja con los precios de la uva muy por debajo de los costes de producción y lo que he comentado del cereal mucha gente se plantea incluso marcharse a otro sector», añade Ezquerro.
Garu atiende en Ausejo a usuarios de este municipio, Alcanadre, El Villar de Arnedo, Pradejón, el Valle de Ocón, Corera, Galilea, El Redal y, esporádicamente, acuden de Murillo de Río Leza y Ventas Blancas.
La incertidumbre es muy grande cuando pronto debería comenzar la siembra, que se retrasará por la falta de lluvia
En estos momentos la labor de la cooperativa se centra en distribuir a las fábricas de piensos y harinas los productos almacenados. Además, estamos haciendo acopio de material para la próxima siembra, que podría comenzar en dos semanas. Ofrecemos abonos, semilla y los fitosanitarios que hagan falta.
Las fechas que se marcan siempre son alrededor del Pilar. Como no llueve los agricultores van a esperar, aunque lo óptimo está entre Todos los Santos y la Inmaculada. Primero el trigo, luego la cebada y lo demás. Algunos agricultores se interesan por otros cultivos minoritarios como el guisante o la colza, para cumplir requisitos de la PAC.
Cada vez hay menos productores, pero se mantiene la superficie de hectáreas. La mayor parte no vive del cereal, tiene viña principalmente, almendros y olivar. Salvo pequeñas excepciones como Pradejón y Alcanadre, el resto es secano y depende del cielo. «La incertidumbre es muy grande, prácticamente no hay relevo generacional y debido a la pérdida de renta tanto en viña como en cereal (no se cubren los gastos), la gente se plantea el abandono», reitera Ezquerro.