EL TIEMPO QUE ESPERA

El Parlamento de La Rioja reanudó ayer el periodo de sesiones plenarias como lo dejó antes del verano: entre reproches mutuos y ningún síntoma de que populares y oposición acerquen posturas. Aunque para ser estrictos, la vuelta a los escaños fue aún peor de lo vivido hasta junio dado un enconamiento que, en un gesto inusitado, vio cómo la práctica totalidad de los diputados socialistas abandonaba en bloque y sin previo aviso sus escaños mientras Pedro Sanz respondía a una pregunta de su propio grupo valorando la evolución del mercado laboral.

En otro episodio inédito, el portavoz del PSOE, Pablo Rubio, convocó al rato a los medios de comunicación en el vestíbulo para explicar las razones de su marcha mientras dentro del hemiciclo el debate continuaba y el portavoz regionalista, Miguel González de Legarra, se enzarzaba con el consejero de Empleo a cuenta del curso de formación de Auxiliar de Enfermería que hace unos meses provocó la protesta de varias de las participantes. Allí, de pie y mientras su homólogo del PP aguardaba para relatar su versión, Rubio explicó los motivos del enfado: la negativa del Parlamento a incluir en el pleno dos preguntas al presidente -una de ellas sobre cómo sufragó su sede y la anotación de 200.000 euros en los 'papeles' de Bárcenas referenciada a La Rioja, y la otra en relación a los datos económicos de la región- por presentarlas ante el registro un minuto después de concluir el plazo fijado a mediodía del miércoles. «Las llevamos justo después de hacerlo el personal del PP; las suyas entraron a las 11.57 horas, y las nuestras a las 12.01 pese a estar en la sala antes de acabar el tiempo marcado», detalló.

Para Rubio, la negativa de Ceniceros a aceptar incluir ambas cuestiones en el orden día acogiéndose a lo establecido en el reglamento es «infantil» y «carece de sentido». «El presidente del Parlamento y el PP limitan el derecho de la oposición y se niegan a responder sobre la presunta financiación ilegal del partido, pero dentro de un minuto, una semana o unos meses tendrán que hacerlo como reclama la ciudadanía», remató.

Mientras él y los suyos retornaban a sus escaños para unirse a Ana Santos y los dos miembros de la Mesa que permanecieron en su puesto durante lo que duró el rifirrafe, Cuevas recurrió también a los pasillos como atril para defender la postura de Ceniceros. «El Parlamento tiene un reglamento y es para cumplirlo», indicó para tachar de «bochornoso» el proceder del PSOE tanto al presentar las preguntas fuera de plazo como al ausentarse del hemiciclo. «Demuestran así muy poco respeto a las normas y que se les ha parado el reloj hace mucho». Según aseguró, es «norma habitual» entre el personal socialista encargado de formalizar las preguntas orales apurar el tiempo marcado -el registro abría a las 8 de la mañana- aguardando a que el PP haga lo propio mientras, hasta que se da ese momento, permanece en los aledaños de las oficinas. «Cuando quieren alargarse los plazos y se estira tanto la cuerda se asumen riesgos, y a veces la soga se rompe», resumió gráficamente antes de volver también él al interior de la Cámara.

No fue el único episodio chocante en una tarde-noche extraña. Concluido el turno de las preguntas tanto al presidente como al Gobierno, la socialista Concepción Andreu tomó la palabra para interpelar al consejero del ramo en materia de agricultura y ganadería. El grueso del grupo popular abandonó entonces sus escaños. No hubo declaraciones al margen. Nadie reclamó la presencia de la prensa para debatir a pocos metros del debate oficial. Se desconoce si fue un gesto de protesta contra la protesta del PSOE o, simplemente, un aviso de qué tiempos esperan en el Parlamento riojano.