Alonso pone 17 millones de su patrimonio para el equipo ciclista

Hay un teléfono que echa humo desde hace cuatro días en la nueva órbita ciclista enlazada con la Fórmula 1, un extraño maridaje que se ha consumado por obra y gracia de Fernando Alonso al comprar el Euskaltel. Es el de Luis García Abad, el mánager del piloto, que se encuentra estos días en Monza (Italia) acompañando como es su costumbre al doble campeón mundial. García Abad recarga la batería cada equis horas para hacer frente al volumen de trabajo y de llamadas entrantes. Se ha convertido en el teléfono de la esperanza. Le llaman ciclistas, fabricantes de bicicletas, ex directores deportivos y, lo más interesante para el proyecto en marcha, multinacionales que preguntan por el nuevo equipo ciclista de Fernando Alonso.

La estructura se ha puesto a caminar entre burocracias documentales, análisis de contratos y una idea propuesta para la dirección deportiva -el ex ciclista olímpico Kiko García, hombre fuerte de la empresa de gafas Oakley en Europa-. Todo, bajo el paraguas del patrimonio personal de Fernando Alonso, que avala con su garantía financiera 17 millones de euros para ingresar en la élite del ciclismo. Antes de comprar el Euskaltel, Alonso anticipó su propósito empresarial a Ferrari. La escudería italiana, con la que tiene contrato en vigor hasta el 2015, conoció de primera mano el proceso de adquisición del Euskaltel y concedió su bendición al piloto. No hay ningún obstáculo en el vínculo laboral entre ambas partes. Alonso podía comprar el conjunto vasco como si se tratase de cualquier otro negocio que emprendiese en su vida. No hay choque de patrocinios ni voluntades encontradas. Contratación libre.

El aval financiero de Alonso significa que el piloto hace frente a cualquier contingencia económica que pueda presentarse en el equipo, aunque el fin último no es ese. Alonso y sus asesores trabajan para plasmar el interés de alguna de las multinacionales que ya se han acercado a la escuadra en un compromiso duradero, transparente y viable. El primer dato que manejan en la oficina de Alonso es el impacto que tuvo la noticia de la compra del Euskaltel. Ese día, el pasado lunes, entraron en la web del piloto 168.000 personas nuevas, que nunca habían visitado su página en internet. Pasajeros que, curiosamente, provenían en su mayoría de países extranjeros. Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania...

L'Equipe, el periódico de referencia en el ciclismo, integrante del mismo núcleo empresarial que el Tour de Francia y la biblia para muchos lectores de deportes, dedicó cuatro páginas en su formato sábana a la noticia del año en el ciclismo: Alonso entra en el pelotón.

Sin batería

Ayer, el asturiano se refirió por primera vez al proyecto. Lo hizo en Monza donde este fin de semana disputa el Gran Premio de Italia: «Es un proyecto ambicioso. Ha sido una semana de mucho trabajo, para ser sincero, con dos o tres baterías del móvil agotadas cada día».

«Todas las decisiones de trabajo para el equipo están tomadas y ahora las pasaremos a otra gente: a los 'mánager', a los directores deportivos que necesitamos encontrar. Necesitamos buscar patrocinadores y hacer muchas cosas durante los próximos meses, porque la primera carrera es a mitad de enero en Australia. Es algo que no podemos retrasar mucho más», indicó Alonso .

«Es un proyecto sólido, ambicioso, con muchos deseos y esperanzas», aunque el 2014 será un año de transición. «Pero para el 2015 nos gustaría hacer algo grande. El equipo aún no tiene nombre. Estamos esperando por patrocinadores, por si queréis escribir esto», añadió en clave de humor. «Queremos hacer un equipo que pueda luchar contra los mejores. El ciclismo siempre ha formado parte de mi vida».

El piloto español negó de forma rotunda la posibilidad de tomarse un año sabático en la F1 y centrarse en la construcción del equipo ciclista: «Esa nunca fue una opción. El mundo del motor es mi gran pasión. Y cuatro o cinco años más estaré aquí, sin duda. Luego, si sigo siendo competitivo, ya veremos qué pasa», concluyó. De hecho, quiere prorrogar su contrato con Ferrari más allá del 2016.