El precio del gasóleo lleva al transporte de carga y viajeros a una situación límite
Autobuses Jiménez negocia con las administraciones aumentos de precio o la supresión de servicios
ALBERTO GIL agil@diariolarioja.com
Miércoles, 1 de febrero 2012, 10:27
SOS. Es la llamada del sector del transporte riojano ante las continuas subidas del precio del gasóleo -agravadas por la supresión el pasado mes de diciembre de las bonificaciones al gasóleo profesional-. Santiago Gutiérrez, presidente de la Asociación de Transportistas Discrecionales de La Rioja (Atradis), es gráfico: «Ahora mismo contratar una carga, en la mayoría de las ocasiones, es perder dinero».
Gutiérrez explica que «en los últimos dos años el combustible ha subido un 40% y formamos parte de un actividad que no puede repercutir las subidas de coste porque lo que no haces tú lo hace otro». El presidente de los transportistas recuerda que «el sector creció mucho en La Rioja en los años de actividad económica». «Ahora, somos un gigante con pies de barro -continúa- y nos estamos desmoronando». En este sentido, Gutiérrez señala que «no hay ayuda ni subvención que valga, el sector está herido de muerte y lo triste es que si se recupera la actividad económica no va a haber flota para atender una demanda normal porque se han vendido los camiones». El transportista apunta que «el combustible, de suponer un coste de alrededor del 20%, ha pasado a alcanzar entre el 40 y el 50% del negocio».
Gutiérrez es consciente de la competencia desleal [empresas en las que el transporte es una rama de actividad encubierta] o de los precios 'tirados' para contratar una vuelta a destino: «La única solución es otro tipo de sector, ya que hoy somos el último eslabón de la cadena». «Somos los perros de la carretera y a nadie le extraña ya si oyes que alguien usa gasóleo 'rojo' [agrícola] o circula sin seguro».
Transporte de viajeros
José Ignacio Jiménez, propietario de Autobuses Jiménez, no pinta un panorama menos desolador para su sector: «Las medidas de ahorro, cualquiera que pienses, no pueden paliar las subidas del combustible». «O se suben los precios o habrá que reducir servicios», advierte. De hecho, Jiménez, cuyos autobuses cubren tanto el transporte Interurbano -con precios concertados con el Gobierno de La Rioja, el de Navarra y Fomento-, como el Metropolitano -concertado con el Gobierno riojano- y el municipal de Logroño -Ayuntamiento-, está negociando ya con todas las administraciones: «Son conscientes de la situación y receptivas, pero están atrapadas por el déficit público, así que supongo que habrá que buscar soluciones intermedias como revisar en lo que se pueda los precios y suprimir servicios claramente deficitarios».
Jiménez recuerda que en el caso de Logroño no se ha actualizado el precio de los billetes desde hace tres o cuatro años, que en el caso del interurbano «hubo un incremento a cuenta el año pasado [es decir, una regularización de precios ante una situación de emergencia]», mientras que en el caso de metropolitano «es de reciente creación y no se ha revisado». El transportista aclara que «la situación se podría paliar con más viajeros, pero lo que llena los autobuses es la sanidad, el ocio, que cada vez hay menos, y el trabajo, que, desgraciadamente, también cada vez hay menos».