El Pleno ya mira al 22-M

Punto y... ¿final? La última sesión ordinaria del pleno del Ayuntamiento de Logroño de la legislatura que ahora se acaba, a la espera de la convocatoria de alguna otra extraordinaria, volvió a poner de manifiesto que PSOE, PR y PP ya están en precampaña. Preocupados por las elecciones que se avecinan, cierto, si bien unos más que otros. Solo así se entienden determinadas intervenciones.

«Ya sabemos que queda poco más de un mes para las municipales, pero déjenoslo un poquito organizado para cuando entremos», le espetó el concejal popular Javier Merino al socialista Domingo Dorado durante el debate de la moción presentada por el PSOE instando al Gobierno de La Rioja a que subvencione «de forma adecuada» el transporte urbano de Logroño, que fue aprobada con el apoyo del PR.

Y eso que la postura de socialistas y regionalistas contó con el respaldo de la Federación de Asociaciones de Vecinos de La Rioja: su representante, Juan Manuel Zaldívar, pidió al equipo de Gobierno y oposición que se pusiesen de acuerdo para que la Administración regional 'costease' el transporte urbano de la capital como hace con el metropolitano (con ventajas para jóvenes y jubilados) y que hiciese extensible su participación a la tan traída y llevada estación intermodal. Pero ni con esas. Dorado pidiendo que Sanz «dé a los logroñeses lo que da al resto de riojanos» y Merino excusando al presidente de que «los logroñeses tenemos las mismas ventajas que el resto». En definitiva, que todo se quedará como está.

¿Subida del autobús?

Las continuas alusiones de la oposición a las elecciones llevaron al PP incluso a pronosticar los planes de PSOE y PR si vuelven a gobernar en coalición: subir el precio del billete del autobús. El portavoz municipal, Vicente Urquía, le replicó, pero el edil popular siguió a la suyo: «¿Qué tipo de precampaña quieren?». Algo similar sucedió con la moción, también a propuesta del Grupo Municipal Socialista, para la instalación de una marquesina en la parada de autobuses de la línea 11 del Hospital San Pedro con el consiguiente asombro de los vecinos, que también intervinieron llegado ese punto.

Ello no impidió que Cuca Gamarra acusase al PSOE de presentarse a si mismo como víctima de cierta campaña de «acoso y derribo» por parte del Gobierno de La Rioja fruto de lo que, a su juicio, no deja de ser producto de la «esquizofrenia electoral» en la que, y he aquí la paradoja, supuestamente viven instalados los socialistas.

Acusaciones de esquizofrenia que tampoco impidieron a la candidata del PP a la Alcaldía de Logroño defender la moción de su grupo solicitando que se derive el coste de la campaña publicitaria 'Logroño mejor ciudad para vivir' a la partida económica del grupo socialista. Y es que Gamarra acudió al pleno con el acuerdo de la Junta Electoral declarando «constitutiva de infracción electoral» el uso del citado eslogan ordenando al PSOE el «cese inmediato» del reparto de la publicidad que consiste en una cartulina imitando un felpudo con la leyenda 'Bienvenido al Casco Antiguo' hasta una vez iniciada la campaña electoral. Eso sí, sin la multa que pedía el PP cuando procedía a denunciar que Santos «aprovecha torticeramente» la campaña municipal con el mismo lema atribuyéndose el logro reconocido por el informe Merco Ciudad en su condición de candidato.

Más trenes a Madrid

Antes, unos y otros, más de lo mismo: el PP dando la cara por el Gobierno regional y el PSOE, en esta ocasión, tratando de enmendar la moción popular instando a Fomento a la ampliación del servicio de tren a Madrid aunque 'exigiendo', que todo hay que decirlo, a sus compañeros de Madrid, pues finalmente era aprobada por unanimidad. La situación, de sobra conocida por repetida, tuvo en las acusaciones de Santos a Gamarra de «ser el correo del zar» (en alusión a Pedro Sanz) su momento de mayor tensión. Y todo ello a costa del asunto de la marquesina en el San Pedro, donde Cuca acudió con una carta del consejero Nieto para Santos desbloqueando su colocación. «Pervierte la democracia y las relaciones institucionales trayendo una carta de un consejero en mano... es una vergüenza», arremetió el primer edil.