Borrar
Pintada en el barrio de La Cañada de Hidum. :: j. b. de avellaneda
Un fenómeno palpable  en las calles de la ciudad

Un fenómeno palpable en las calles de la ciudad

Las vestimentas más rigoristas, como el niqab o el burka, son frecuentes, cuando hasta ahora eran algo insólito

J. B. DE AVELLANEDA

Domingo, 1 de marzo 2015, 00:45

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La realidad actual de Melilla es que muchos jóvenes de los barrios marginales, desubicados socialmente e incluso dedicados al consumo de drogas y al trapicheo, ahora abrazan el islam rigorista con fuerza y comienzan a radicalizarse en su forma de pensar y de vestir. Esto hace que hayan proliferado en la ciudad perfiles y comentarios en las redes sociales partidarios de la yihad y del apoyo al Estado Islámico y que se encuentre con frecuencia por la calle a chicos con el qamis (ropa de rezo más típica de Egipto y Oriente Próximo) y a chicas ataviadas con el niqab o el burka, algo insólito en Melilla hasta hace apenas unos años.

Prueba de ello es el testimonio de Mimoun. Su hija, Dunia, de tan sólo 17 años, fue detenida el 16 de diciembre como parte de una red dedicada a captar mujeres en Melilla y Ceuta para la yihad islámica. Con lágrimas en los ojos, asegura que su hija está arrepentida y que le ha pedido perdón, que era una niña buena a la que las malas amistades y el exnovio, detenido el 24 de febrero, le comieron la cabeza.

Cuenta cómo su hija comenzó a rezar y a él no le afectó, cómo empezó a tapar su cuerpo y su melena y no le dio importancia, e incluso aceptó que su mejor amiga llevara burka y que su pequeña se prometiera con un chico barbudo de la 'mezquita blanca'.

Ahora, Mimoun acompaña a su otra hija menor todos los días no sólo al instituto sino a cualquier lugar donde vaya; vigila todos sus movimientos y controla a sus amistades. «Doy gracias a Dios de que detuvieran a Dunia en España porque cumple condena en Madrid y puede arrepentirse, volver con su familia y reinsertarse en la sociedad. Si me la llegan a detener más allá de la frontera con Marruecos la habría perdido para siempre», asegura.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios