«En La Rioja, como en otras regiones, cuando aparece un lobo se lo cepillan»
presidente de la Asociación Lobo Marley
Diego Marín A.
Viernes, 31 de marzo 2017, 00:06
Luis Miguel Domínguez defendió el pasado 24 de marzo en la necesidad de 'Aliarse con el lobo ibérico y la naturaleza'. El naturalista y presidente de la asociación Lobo Marley participó en el ciclo 'El medio ambiente en la encrucijada' que organizaba Amigos de la Tierra en colaboración con la Universidad de La Rioja.
¿Por qué hay que aliarse con el lobo?
Defendemos la protección total del lobo ibérico. Bruselas ha dejado la puerta abierta, rechazando los argumentos del Gobierno de España de que hay mucho lobo y hay que controlarlo, y nos emplazan a seguir trabajando. Esta decisión del Parlamento Europeo se acaba de producir. Estamos hablando de la modernidad: no aliarse con el lobo, y por supuesto con la naturaleza, es hablar del pasado. Hay una sociedad que busca un modelo nuevo para España: la conservación de la biodiversidad y su disfrute. Hace falta la implicación de todos, y el primero el mundo rural. La protección del lobo va a poner en valor el mundo rural como nunca antes. Ahora estoy contento porque Europa dice que a la modernidad se va por aquí, mientras que España está a la cola de la protección de la biodiversidad.
¿Persiste la imagen estereotipada y quizá irreal del lobo?
Es que, sinceramente, no corresponde a la realidad. Hay que decirlo: hablar de lobos no es hablar de ganadería. Ni científicamente ni porcentualmente, en cuanto a daños, pinta ya nada la ganadería con el lobo. Una sociedad no puede masacrar a una especie única en base a unos datos anecdóticos. Esto duele escucharlo, pero vamos a hablar de derechos ciudadanos, del derecho del hijo del ganadero a no perder su biodiversidad. No puede ser que un sector socioeconómico como es el ganadero tenga secuestrada la voluntad de toda una sociedad. Cualquier ganadero con dos dedos de frente dirá que el lobo no es su problema porque son los mismos que los suyos: el desapego de la gran política hacia su situación. Tanto los ganaderos de alta montaña como los lobos están en peligro de extinción. Lo que no puede ser es que uno de los dos diga que la culpa la tiene el otro. Si diéramos por buenos todos los daños de cánido al ganado en toda España, suponen 2.500.000 euros anuales, ¿por esa cifra merece la pena extinguir al lobo? ¡Si es lo que se gasta el Gobierno de La Rioja en canapés cada año! Porque en La Rioja, como en otras regiones, cada vez que aparece un lobo se lo cepillan. El lobo no es cualquier animal, es un símbolo de un paisaje inalterado, el espíritu del monte, y tira de una sociedad que desea protegerlo.
¿Realmente está en peligro de extinción? ¿Cuántos ejemplares pueden quedar en España?
No es una cuestión numérica porque puede haber muchos pero ser todos de la misma madre o familia y a la vuelta de veinte años no habrá lobos. Genéticamente, el lobo está herido. En los años 70 ya pasó por un 'cuello de botella' y ahora mismo es una copa de cristal de Bohemia, muy frágil, endeble. La población no supera los 2.000 ejemplares en toda la península ibérica porque se ha visto abocado a reproducirse con miembros de su grupo. A los animales no se les mata sólo disparándoles o envenenándoles, también con dejación de funciones, como es el mismo caso del guepardo.
¿Cuál es el papel del lobo en la naturaleza? ¿Por qué defiende la necesidad de su presencia?
Para ayudar a los ganaderos, que tienen un problema muy gordo con enfermedades como la tuberculosis. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, unido a las grandes monterías, el sector de la caza ha dejado cientos de miles de cérvidos por el campo. Y la tuberculosis la transmiten, por ejemplo, los ciervos. Una vaca que paste en el mismo lugar que un ciervo puede contagiarse. El lobo trabaja controlando como no lo hace ni el águila real ni el lince. Y también previene los accidentes de tráfico por los jabalíes y corzos que se cruzan en la carretera. El lobo está arriba de la pirámide ecológica. La pérdida de predadores en un ecosistema es un desastre, también del zorro, del gato montés...
¿Hay algún predador 'peor'?
Los humanos matamos por celos, ambición... acompañados de la gilipollez. Pero en el ámbito silvestre se mata para vivir. En los animales no hay moralidad. El hombre es el que en más peligro pone a las demás especies.
Tiene un juicio por dañar casetas de observación para matar lobos. ¿Se arrepiente, lo volvería a hacer?
Lo hacemos a cara descubierta. Defiendo al lobo porque el lobo es España, sin patriotismo. Lo compartimos con Portugal y allí está protegido. Nosotros las llamamos 'casetas de la muerte'. Y nos multan por los lobos que no han matado. No las hemos destrozado sino neutralizado. No vamos a estar todos los días haciendo lo mismo, fue algo puntual, pero lo que hicimos lo hicimos bien.