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M.J. LUMBRERAS
Martes, 19 de abril 2016, 23:26
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La estrategia de atención al paciente crónico añade este mes la diseñada para mejorar el cuidado a quien tiene diabetes melitus, la diabetes tipo II. Se trata de reorientar el sistema sanitario para que todo gire en torno al afectado y no al revés y también para tratar de disminuir la incidencia de esta dolencia, por otro lado prevenible en más de la mitad de los casos con una alimentación más sana y con menos sedentarismo. La consejera de Salud, María Martín, y la jefa de sección de Endocrinología del Hospital San Pedro, impulsora de la estrategia sobre la diabetes, María Ángeles Martínez de Salinas, presentaron ayer la iniciativa e hicieron hincapié en la necesidad de profundizar en la prevención, primero, y educar cuando ya se es paciente, así como favorecer la atención por parte de equipos de forma coordinada.
uLas cifras.
Hay 18.000 personas con diagnóstico, pero se estima que puede haber otras tantas sin él.
uLa estrategia.
Primero es una intensa labor preventiva, pero una vez detectada, se trata de que el paciente tenga los conocimientos necesarios para lidiar con su enfermedad. Además, se pretende que haya vías de comunicación y coordinación efectivas entre la atención primaria y la hospitalaria.
La diabetes melitus declarada en La Rioja afecta a 17.662 personas (mayores de 15 años) con diabetes conocida: 9.286 hombres y 8.376 mujeres, en el 2014. La prevalencia es mayor en hombres que en mujeres y aumenta de forma significativa en relación a la edad. Pero el mayor problema lo constituye el ritmo de crecimiento, indica el documento de la estrategia. «Aumenta a un ritmo que asusta, con proporciones pandémicas», decía la misma Martínez de Salinas.
Además, añadía esta experta, si 18.000 personas tienen diagnóstico de diabetes, otras tantas la padecen y no lo saben todavía. «No da síntomas, pero va dañando las arterías de muchos órganos», recordó.
Tras la prevención, la estrategia diseñada quiere un enfoque integral en la atención a las personas que ya han desarrollado la enfermedad y precisarán cuidados a lo largo de su vida y la atención de diferentes profesionales, señaló la consejera.
Así, se proponen criterios de actuación comunes y vías de comunicación y coordinación efectivas para garantizar la continuidad asistencial entre la atención primaria y la hospitalaria. En el caso de la diabetes, el paciente es cuidador de su propia enfermedad y toma el 90 por ciento de las decisiones que influyen en sus valores glucémicos y, por eso, ha de adquirir, con educación terapéutica, los conocimientos y las habilidades necesarias. De esta forma, se reducen las hospitalizaciones y el consumo de recursos sanitarios y el paciente pasa menos incertidumbre y ansiedad.
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