El desacuerdo por la deuda pone en riesgo los 180 empleos de Starglass en La Rioja

El periodo de negociación del convenio de acreedores de Starglass SA, con una planta en el polígono de El Sequero, y Starglass Astur SAU, con otra sede en Asturias, finalizó el pasado 21 de enero sin sumar todas las adhesiones necesarias de las entidades bancarias con las que la compañía había adquirido deudas. Ante esta situación el Juzgado de lo Mercantil de Logroño ha concedido un mes más de prórroga (hasta el 23 de febrero) a las partes para seguir buscando un acuerdo. Según la dirección de la compañía, que difundió ayer un comunicado de prensa, la deuda asciende a 48 millones de euros.

Starglass informó de que se han concertado ya «reuniones inminentes con los principañes bancos acreedores para cerrar las adhesiones pendientes», al tiempo que señalaron que desde el año 2013, cuando se inició el concurso de acreedores, ambas sociedades han demostrado «su absoluta viabilidad» y ha habido «una mejora sustancial de sus resultados operativos». Asimismo, añadieron, la empresa ha ido «cumpliendo escrupulosamente todos sus compromisos con proveedores, empleados y organismos públicos».

Desde la dirección de ambas compañías «se sigue confiando plenamente en la resolución satisfactoria de este concurso, ya que es el modo de mantener empresas rentables en actividad y garantizar más de 200 puestos de trabajo».

También el sindicato CCOO Industria informó ayer de la conclusión del plazo de negociación y la prórroga de la misma a la vez que alertó «del riesgo de pérdida de 180 empleos en Starglass ante la falta de acuerdo entre la empresa y la mayoría de los bancos acreedores». El sindicato detalló que las entidades que no han dado su adhesión al convenio son La Caixa, Santander, Sabadell y Banco Popular, mientras que Bankia y Bantierra «han mostrado su acuerdo».

El sindicato considera que esta situación «aboca a la empresa, en la práctica, a la liquidación» cuando se trata de «una empresa en plena actividad productiva, con carga de trabajo y capacidad para mantener tanto su función como la plantilla, pero arrastra un lastre de pérdidas generadas por anteriores gestores que ahora nadie quiere asumir».

CCOO exigió «a los bancos acreedores que asuman las condiciones del convenio» y a la empresa «un compromiso decidido» en defensa de los trabajadores con «un plan de inversiones que garantice su futuro».