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Terrorismo al fin y al cabo

Aunque el autor ha sido identificado, la autoría del atentado de Múnich sigue planteando muchas dudas

diego carcedo

Sábado, 23 de julio 2016, 11:36

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Todavía no está claro quien se encuentra detrás del atentado terrorista que desde Múnich está conmocionando al mundo. La inercia y muchos detalles llevan a sospechar que se trata de un atentado yihadista -similar a los de Nueva York, Madrid, Londres, Bruselas, París, Niza, Estambul y tantas y tantas ciudades-, en algunas de sus múltiples variantes. En contra de lo que se dijo inicialmente, parece que el autor ha sido un clásico lobo solitario, un joven iraní de 18 años, que se proveyó de armas y se parapetó en las inmediaciones de un McDonalds para empezar a matar.

Hasta aquí hay poco original en el relato, aunque queden muchas dudas cuando se desciende a los detalles. Un atentado terrorista más, perpetrado por un musulmán y en viernes para más señas. Pero en este caso se trata de un musulmán nativo de Alemania de origen iraní, lo cual también invita a pensar que se trate de un fanático chií y, por lo tanto, sin vinculaciones con el Daesh o Estado Islámico, inspirado e integrado por suníes sus enemigos acérrimos a quienes consideran herejes y tienen el punto de mira de su odio.

Podría por supuesto ser un oriundo iraní de fe sunita y estar bajo la influencia del fanatismo yihadista que tienen gran número de hooligans desperdigados por todo el mundo. Es frecuente que las noticias de las matanzas sean recibidas con alborozo en algunos ambientes musulmanes, incluidas mezquitas. Muchos jóvenes admiran a los autores, son sus mitos. La Policía acabará aclarando quien es el joven asesino, qué le ha inducido a cometer el atentado y quien le proporcionó los medios.

Mientras ni siquiera habría que descartar que se trate de algún grupo extremista, de tantas organizaciones neonazis como existen en Alemania, que se haya valido de un kamikaze converso. Algún testigo asegura que oyó al terrorista gritar Soy alemán: Extranjeros de mierda. Es más extraño, dadas las circunstancias del autor y el lugar elegido para la matanza, un restaurante sin mayoría de clientes musulmanes. Pero tampoco hay que olvidar que Alemania acogió en los últimos meses a un millón de refugiados, lo cual despertó un fuerte rechazo en determinados sectores sociales.

Además de que es bastante probable que la avalancha de refugiados haya sido aprovechada por los estrategas del yihadismo para infiltrar a decenas de fanáticos, y al mismo tiempo, esté estimulando a los nostálgicos del nazismo que se estén radicalizando a combatir por su cuenta el terrorismo islamista con su violencia xenófoba. Es lo peor que podría ocurrir porque unos y otros se retroalimentarían con argumentos sangrientos y estímulos para las venganzas; sea como sea, que no se trata de una acción yihadista al uso no tranquiliza: todos son terroristas al fin y al cabo.

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