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ESPAÑA

El vacío de poder y el silencio de Rajoy causan inquietud en el Partido Popular

Ángel Acebes y Pío García Escudero también mantienen su mutismo, mientras Zaplana habla a título personal

MAGIS IGLESIAS

Viernes, 28 de marzo 2008, 10:56

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El silencio de Mariano Rajoy sobre el discurso de oposición que se propone defender en la nueva legislatura y el equipo parlamentario que le acompañará ha aumentado la inquietud de sus dirigentes que se sienten huérfanos de directrices en este periodo de transición a la nueva legislatura. La alarma se ve aumentada por el mutismo del secretario general, Ángel Acebes, que ha dado un paso atrás aunque se mantiene en el cargo, mientras que el portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, apura los últimos minutos de protagonismo cuando ya ha formalizado su renuncia, en tanto que Pío García Escudero sigue en el anonimato.

El tiempo de espera que estableció Rajoy en el comité ejecutivo tras la noche electoral se le está haciendo eterno a sus dirigentes. Tras anunciar que permanecería como líder de la oposición y candidato a la reelección en el próximo congreso del PP, abrió un plazo de reflexión que todavía se prolonga a escasos días de que se constituya el Parlamento.

Por otra parte, los populares echan de menos una línea clara sobre el discurso del partido para la nueva legislatura y se sienten desasistidos en estos momentos de 'impasse'.

La calma que reina en la séptima planta de la sede del PP, desde donde el presidente trabaja en la definición de «su equipo», los nombramientos en el grupo parlamentario y la puesta en marcha del congreso, contrasta con los movimientos subterráneos que surcan la organización en otras dependencias del partido.

«Alarmados y deprimidos» se confiesan muchos dirigentes, que se lamentan del protagonismo del que disfruta el PSOE llevando la iniciativa política en una semana que les parece clave para el curso que comienza. Algunos temen que la decisión de Rajoy de permanecer en el liderazgo no tenga más recorrido en un proyecto nuevo y un equipo renovado. Sospechan que su puñetazo en la mesa haya sido sólo una respuesta pasional a los intentos del sector de Aguirre por ocupar su lugar.

Una solución definitiva

Quienes confían en que Rajoy deshoje la margarita el lunes con las respuestas a todas las preguntas pendientes advierten de que la solución no será definitiva porque la actual dirección tendrá que mantenerse hasta el mes de junio. Además, ya se sabe que la junta directiva sólo conocerá el nombre de los dos portavoces en el Congreso y el Senado, así como los miembros de las Mesas de ambas cámaras. Nadie espera una renovación total, sino únicamente los primeros indicios de que habrá cambios mezclados con una cierta continuidad.

Si los números uno y dos del partido están casi desaparecidos, Eduardo Zaplana -ya de salida- es el único que se atreve a expresar opiniones. Pero sólo se pronuncia a título personal y sobre la tarea que le ha sido encomendada para tratar con el PSOE de los cargos en los órganos de dirección del Parlamento. En la rueda de prensa que ofreció ayer a los periodistas parlamentarios, se negó a marcar la posición del PP sobre la votación de José Bono como presidente del Congreso o la posible publicación de las balanzas fiscales de las autonomías.

Mientras en la cúpula reina el silencio establecido por el presidente, en las bases surgen voces diversas que piden renovación como la del presidente del PP en Extremadura, Carlos Floriano, o el secretario de Relaciones Internacionales, Jorge Moragas.

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