'El viaje de sus vidas', genial dueto interpretativo

Una delicia absoluta poder contemplar en pantalla grande a dos artistas con el pedigrí de Helen Mirren y Donald Sutherland, cuya veteranía defendiendo roles diversos frente a la cámara, decenas de papeles memorables, es una razón mayúscula para gozarla en 'El viaje de sus vidas', la historia de una pareja de avanzada edad que todavía siente las ganas de vivir. Vista en el festival de Venecia, las interpretaciones de ambos grandes nombres de la historia del séptimo arte, bajo las órdenes del cineasta italiano Paolo Virzi ('Locas de Alegría'), dejan un poso excepcional. Una pena que la historia no acompañe a su entrega y el guión, basado en la novela de Michael Zadoorian, se antoje de un rutinario galopante.

'El viaje de sus vidas' es una road-movie al uso, consciente de su etiqueta. Los protagonistas cruzan Estados Unidos al volante de una vieja autocaravana, viviendo buenos y malos momentos, con la sombra del Alzheimer presente, tras escapar de la vigilancia de médicos y parientes.

Un profesor de literatura de Nueva Inglaterra jubilado con una esposa de Carolina del Norte más joven que él, de camino a la casa del escritor Ernest Hemingway en Key West. «Encontré en esta idea algo que me llamaba mucho la atención: un espíritu subversivo, una rebelión contra la hospitalización a la que se ven obligados por sus médicos, los hijos y las regulaciones médicas y sociales», señala Virzi, contento con su primer rodaje en habla inglesa. «Tengo la mala costumbre de partir de temas tristes e intentar transformarlos en aventuras emocionantes. El secreto está en combinar comedia y tragedia. Siempre».

Al cineasta italiano le gusta «mostrar elementos realistas, con caras auténticas que puedan transmitir verdad», según explica. «Pero, por encima de todo, y creo que esta es una costumbre que he heredado de los clásicos del cine italiano, siempre intento establecer una conexión entre los acontecimientos personales de un personaje y el espíritu de la sociedad en un momento en concreto. Durante la búsqueda de localizaciones intenté empaparme de la atmósfera de aquel verano americano e, inevitablemente, una parte de él fue la campaña presidencial. Había posters y panfletos por todas partes publicitando a los dos candidatos, y era obvio que el verano de 2016 iba a ser histórico».

«La campaña de Trump aparecía por todos lados mientras rodábamos», cuenta Helen Mirren. «Parecía ser parte del guion». Su entrañable personaje dice en la película «has sido un demócrata toda tu vida, ¿qué haces ahora?», a lo que su pareja contesta algo inesperado, matizando el carácter de ambos, punto fuerte de un filme que transita por un terreno trillado.

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