La ONU hizo de altavoz
A pesar de su pérdida de influencia, la Asamblea General ha proyectado el drama de Gaza en vísperas de la crucial cita entre Trump y Netanyahu
La ONU ha ejercido su papel como altavoz de las injusticias en el mundo durante la Asamblea General celebrada la semana pasada en Nueva York, ... a pesar de que no ha partido de ella ni una resolución decisiva sobre el drama de Gaza. Aunque resulte duro de digerir, el mundo sale igual de convulsionado de como entró en la sede de Naciones Unidas. Pero con una excepción que es la que debe hacer perseverar a los países en la tarea compartida de atajar la deriva bélica que sacude a la comunidad internacional. La salvan las voces que, en un ejemplo de dignidad frente a la barbarie, se han levantado desde la tribuna de la cumbre en contra de las crisis humanitarias mundiales, especialmente sangrante en el asedio israelí sobre la Franja. Desde el reconocimiento del Estado palestino, al que se ha sumado Francia de la mano de Emmanuel Macron, a la exigencia para «detener ya esta masacre» que denunció el rey Felipe VI, en un discurso contundente y medido que ha facilitado en España los mensajes contra el genocidio aunque él no llegara citarlo. La ONU ha perdido capacidad de influencia, pero sigue siendo un referente a favor de la multilateralidad, una barrera necesaria frente a la ley del más fuerte.
Aún resuenan los discursos de Donald Trump y Benjamín Netanyahu, en vísperas de que se reúnan hoy en Washington en un encuentro que podría ser crucial para el fin del cerco a Ciudad de Gaza. Dejaron la desalentadora sensación de desafiar al mundo, sin contrapesos que frenen su ofensiva. El discurso de rompe y rasga de Trump, volcado en reivindicar un liderazgo mundial que le discuten por la vía de los hechos Rusia y China, no debe hacer olvidar que Estados Unidos, por su potencial, tiene en su mano la capacidad de modular y atajar algunas de las derivas más peligrosas para la estabilidad mundial.
A punto de cumplirse dos años del despiadado ataque terrorista de Hamás al otro lado de la Franja, el presidente de EE UU ha vuelto a alentar la esperanza de la paz en Gaza, aunque Netanyahu le presentará hoy un plan de ocupación parcial de Cisjordania en respuesta al creciente reconocimiento de Palestina. La tragedia ha solapado otros proyectados en la ONU, desde la ofensiva rusa en Ucrania –con un Putin cada vez más peligrosamente asomado a territorios de la OTAN– a una crisis climática que ve incumplidos los acuerdos para que los países más contaminantes se desenganchen del petróleo y el carbón, diez años después de la cumbre de París.
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