Claudio y familia | Rumanos en San Mateo
«Me gusta toda la calle Laurel, desde el principio hasta el final»«Son dos mundos totalmente diferentes», sentencia el de Deva al comparar San Mateo con las fiestas en su país
Cuando alguien camina por la calle Laurel y aledaños se puede encontrar con charlas en todos los idiomas posibles. No resulta extraño toparse con alguien ... hablando en inglés. Tampoco en francés ni en alemán e incluso es usual, si se afina un poco el oído, escuchar términos en chino, en japonés o en rumano. Esa última es, de hecho, la lengua que utiliza Claudio para comunicarse con un nutrido grupo de acompañantes con los que degusta unos pinchos en la famosa zona gastronómica de la capital riojana.
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Preguntados por su procedencia, uno de los presentes explica que prácticamente todos residen en Logroño desde hace muchísimos años, aunque son de origen rumano, pero que Claudio representa la excepción. Él vive en Deva, una localidad de la región de Transilvania, pero ha hecho parada en La Rioja durante una semana con un único objetivo: formar parte de las fiestas de San Mateo.
Claudio ya conoce muy bien estas celebraciones y todo lo que las rodea. «Es la quinta vez que vengo», destaca el rumano antes de pasar a enumerar todo aquello que le gusta tanto de Logroño como de los propios festejos. «La gente, la comida, los conciertos, el vino, que aquí en La Rioja es muy bueno», enumera mientras el resto de sus acompañantes asiente con la cabeza.
Dentro de esa larga lista, Claudio hace una parada especial en una de ellas: la comida. Más en concreto, pone en valor lo que el visitante puede encontrar en la calle en la que se halla en el momento de la entrevista: la Laurel. «Me gusta todo de esta calle, de principio a fin», resume, antes de destacar un pincho sobre todos los demás. «El de oreja me encanta», apostilla antes de que uno de los chicos con los que está recuerde una anécdota. «Una vez entró en un bar, pidió unas setas y le dijo al camarero que había estado allí hacía cinco años», cuenta. «El camarero, en todo de broma, le respondió que se acordaba de él», remata una historia con la que ambos sueltan una carcajada.
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Una de las razones por las que a Claudio le atrae estar en San Mateo es por las múltiples diferencias que existen, según él mismo, entre estas fiestas y las de su país. «Es como estar en dos mundos totalmente diferentes», asegura. «Allí no sale tanto la gente, son unas celebraciones más frías», argumenta este rumano que ya se ha convertido en un asiduo a las fiestas de Logroño. «Vengo únicamente para disfrutar de San Mateo», finaliza. Objetivo que, al parecer, cumple con creces.
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