La Rioja resiste la caída de donaciones de sangre en verano gracias a su llamado solidario
Mientras otras comunidades dan la voz de alarma, el Banco de Sangre riojano mantiene sus reservas tras una campaña preventiva, aunque alerta de que «no podemos confiarnos»
Juan Marín del Río
Logroño
Jueves, 7 de agosto 2025, 07:32
Durante las últimas semanas, los bancos de sangre de varias comunidades autónomas han dado la voz de alarma por la falta de sangre en sus reservas. Los donantes disfrutan de sus vacaciones fuera de casa, las altas temperaturas no invitan a salir a la calle y muchos jóvenes priorizan otros planes antes que recibir un pequeño pinchazo. El verano no es época de donaciones y los bancos lo aprecian, aunque en La Rioja la situación es diferente.
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Mientras que País Vasco, Canarias o Castilla y León se encuentran en niveles mínimos, el efecto llamada que el Banco riojano se encargó de hacer antes de la época estival ha provocado que, «pese a que se trate de una foto puntual, el stock no es nada malo», asegura Carlos Sola, presidente del Banco de Sangre de La Rioja. «Siempre insisto en que no nos podemos confiar y cuando el stock es bueno, en dos o tres días puede dejar de serlo», añade. A comienzos de julio, la organización hizo un llamamiento a los donantes riojanos a través de una «rueda de prensa de campaña de verano, que unido a los reportajes que el Diario LA RIOJA publicó durante aquellas semanas, ha hecho que el mes de julio haya sido bastante decente», indica su presidente.
La Rioja es una comunidad altruista, con cerca de 7.000 donantes cada año, pero hay ciertos meses en los que las donaciones escasean. «Cuando hace muchísimo calor, el donante se retrae porque cuesta mucho salir de casa en los horarios habituales donde se puede ir a donar. La población joven se anima a donar, pero no lo hace con la misma frecuencia que lo hace el donante mayor de 50 años», explica Sola. Mientras que estas personas «donan tres o cuatro veces al año», los jóvenes lo hacen «una o dos veces como mucho». Para Sola, el «principal problema» reside en que «el 50% de las personas que ha contribuido a donar a lo largo de un año lo hacen solo una vez. Se trata de un descenso del índice de donación por donante», señala.
No solo los donantes demuestran solidaridad, los propios bancos de sangre predican con el ejemplo colaborando unos con otros cuando la demanda de sangre en unas regiones se puede compensar con el stock de otras cercanas. «Nos pedimos plaquetas. Hace dos o tres meses Navarra nos pidió porque habían tenido varios días seguidos de fiesta. Después de San Bernabé, por ejemplo, nuestro stock se ve más resentido y tenemos que pedir porque la plaqueta vive, como mucho, siete días y son los periodos en los cuales tenemos que pedir ayuda a los centros de transfusión de alrededor», indica Sola. «Hacemos unas cuatro al año y normalmente llamamos primero a Navarra, luego a Aragón y a País Vasco; siempre por proximidad».
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