El primer día del resto de la vida

No es un día cualquiera y la ciudad, a pesar de todo, no parece distinta. Es la primera jornada después del finalizado estado de alarma, pero es domingo, un domingo de verano ya con su particular sopor, con su pereza propia del calor, con sus calles ardiendo debido a los más de 30 grados. Es junio y, en realidad, parece agosto. Todo parece haber vuelto a la normalidad, al menos a cierta normalidad, pero no este domingo sino desde días atrás. Solo las mascarillas, las banderolas y el aforo reducido en los establecimientos parecen recordarnos lo sucedido, eso y los eventos cancelados. Por lo demás, lo más destacado es que desde este domingo los riojanos podemos salir de la comunidad y también pueden otros, foráneos, visitar La Rioja.

Ahora, devuelto el mando a las comunidades por parte del Estado, la extraña normalidad recupera, por ejemplo las frecuencias y horarios del transporte regular de viajeros. La Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica del Gobierno de La Rioja informaba este domingo que, así, se adapta el servicio «a las demandas de movilidad en la región». A partir de este lunes las catorce líneas de transporte interurbano recuperan los horarios habituales y, por consiguiente, se eliminan los servicios que hasta el momento se prestaban a demanda de los viajeros. Por otra parte, el transporte metropolitano conserva su servicio de lunes a viernes con el horario correspondiente al periodo estival, y los domingos y festivos, con normalidad. «Como novedad, a partir del 27 de junio se reanudará el servicio de los sábados que operará hasta las 00.00 horas», anuncia el Ejecutivo riojano, especificando, además, que «los servicios nocturnos continuarán suspendidos».

Hay otros aspectos significativos que también denotan que algo sucede. Los fines de semana, cuando más aprieta el sol, el parque del Iregua de Logroño se convierte en unas piscinas municipales con multitud de gente tomando el sol incluso en 'top less', jugando y bañándose con plena libertad. Ante las restricciones y cierres de las piscinas, el río es un territorio de nadie donde muchos se refrescan y pasan un día al aire libre sin salir de la urbe. Porque, hasta este domingo, los parques infantiles aún estaban clausurados en Logroño y localidades como la vecina Villamediana.

Hubo quien, por desconocimiento o haciendo caso omiso de la normativa, permitió que sus hijos jugasen en estos espacios, pero lo cierto es que el Ayuntamiento de Logroño anunció que abre este lines los juegos infantiles de los parques, gimnasios y pistas deportivas al aire libre cerradas al público desde el 13 de marzo. Para ello, durante el pasado fin de semana se han «desinfectado estos servicios» para que puedan estar «a disposición de la ciudadanía».

El Consistorio logroñés informó de que mantendrá la «limpieza y desinfección periódica de estas instalaciones al aire libre» y recordó las normas de uso: «Obligación de mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros, uso obligatorio de la mascarilla a partir de 6 años e higiene continuada de las manos».

Este domingo, en La Laurel, la afluencia de gente fue mayor, ya con el 50% de los bares abiertos. Esta misma semana la Asociación de Hosteleros de La Laurel anunciará la apertura de todos los bares de la zona. Su presidente, Fernando Elías, estimó que el domingo trabajaron un 40% que los días pasados: «Ha estado bien, no nos podemos quejar, dentro de las circunstancias».

«Por la mañana sí hemos notado, desde primera hora de apertura, la afluencia de gente de fuera, principalmente de Rioja Alavesa y Navarra. Muchos nos comentaban que estaban como locos por venir, algunos tienen segunda residencia por aquí y otros son clientes habituales de fin de semana», expuso Fernando Elías, responsable de establecimientos como El Mesón del Abuelo, que cuenta con seis mesas en la calle, ayer «todas ocupadas», y otras tantas dentro, igual de demandadas.

Y destacaba Elías que la clientela fue correcta. «Sin tener que decir mucho, la gente cumple muy bien el distanciamiento, es muy respetuosa, al fin y al cabo es seguridad para todos», explicó, aunque también aclaró que «tampoco el tráfico de gente ha sido excesivo, desde fuera puede parecer lleno pero dentro la circulación es ágil».