El MUWI no baila solo en Logroño

Hubo una bomba ayer en el MUWI. La colocó Iseo & Dodosound W/The Mousehunters. La banda navarra ofreció un concierto de 'reggae', 'dub' y 'trip hop' que hizo bailar a los 'hipsters' como auténticos rastafaris. El directo fue sorprendente y divertido, quizá lo más refrescante del festival gracias a un ritmo contagioso y a una propuesta especialmente diferente en esta alfombra indie'. Sobre el escenario, un DJ, una sección de viento con saxofones, trompeta y flauta travesera y una cantante que bailó y disfrutó, pero lo más importante, transmitió y conectó con el público. Con música como la de Iseo & Dodosound dan ganas de dar la vuelta al mundo o de viajar para ser cooperante en Centroamérica. Su actuación fue como la de Soleá Morente el año pasado, una oveja negra en este rebaño musical que, lejos de desentonar, ofreció una versión distinta del festival. Fue una auténtica rareza, pero también un agradable descubrimiento para la mayoría del público porque fue una maravilla.

El MUWI parece haber dado con la tecla, sobre todo, para reunir a un destacado número de público en esta edición. La organización dispone una pequeña ciudad para pasar horas en el recinto y disfrutar sin aburrirse un segundo. La música no para en ningún momento. Ayer abrió el programa Teleclub DJs, aunque el primero en pisar el Escenario Principal fue la banda Modelo de Respuesta Polar. Comenzaron a tocar con un leve retraso de 15 minutos y, aun así, volvieron a sufrir la escasez de público, aunque después de la primera canción ya reunieron a un puñado de espectadores, así que, con humildad, su cantante dijo: «Lo repito porque no había nadie cuando nos hemos presentado, somos...». El grupo realizó un concierto correcto, recordando a La Habitación Roja, con tres guitarras y gafas de sol. Los anteojos sirven para apaciguar el sol del atardecer que ciega a las bandas que abren el Escenario Principal y, tal vez, para intentar dilucidar si algunas visiones son reales, como la de la chica con una diadema de palmeras y el tipo con aspecto de malo de película de Harry el Sucio. Ambas figuras aparecieron ayer entre el público. «Estábamos un poco acojonados con lo pronto que íbamos a tocar pero estamos alucinando por lo que os lo habéis currado. Gracias por venir», reconoció el cantante, Borja Mompó.

El Escenario Los Tinos se llenó con un centenar de personas para asistir al acústico de Pecker, que comentó su recital con la misma canción que el eléctrico de día anterior: 'Seremos parte del huracán'. El repertorio de cinco temas, interpretados sólo con guitarra, teclados y bombo, contó con una pequeña sorpresa, el acompañamiento en una canción de Marilia Andrés (Ella Baila Sola). «Hoy vamos a escuchar las canciones de otra manera, de una forma más pequeña, más íntima», advirtió Raúl (Pecker) poco antes de confesar también: «Qué bonito es tocar aquí». Allí, entre tinas de vino, Pecker comulgó con el público, logró esa conexión que hace que todo repertorio sepa a poco.

La aparición de Marilia fue sólo un prólogo. Mikel Erentxun ha grabado su último disco, 'El hombre sin sombra', con la voz de Maika Makovski, así que en directo siempre cuenta con una segunda voz femenina, la de la guitarrista y teclista Marina Iniesta, sobre la que recayó ayer la responsabilidad del 'riff' y los punteos de 'En algún lugar', canción que supuso el colofón final. Pero, además, ayer también salió al escenario Marilia Andrés, razón por la que Pecker le había pedido también su propia colaboración. Lo cierto es que no aportó demasiado, salvo presencia en el escenario. Mikel Erentxun pinchó una rueda del coche en su traslado de San Sebastián a Logroño, lo que originó el pequeño retraso que el festival pudo resolver sobre la marcha sin mayores consecuencias. Esa mala suerte no mermó su directo, siempre bueno. Lo cierto es que el público se mostró frío ante sus canciones más recientes pero eufórico con clásicos como 'Mañana', 'Cartas de amor', 'A un minuto de ti' y la citada 'En algún lugar', cuando Mikel Erentxun aportaba mayor intensidad, sobre todo, por mostrar su cara más 'rockabilly'.

La noche finalizó con los conciertos de Grises y Triángulo de Amor Bizarro, así como con las sesiones de Chelis y Brummel DJ. Una jornada larga que había comenzado con el vermú amenizado por Ático 8 y Lugg DJ. Pero aún queda el mañana, que es ya hoy.