Adema dona una escultura que apela al lavadero que fue sepultado en Alfaro en 1979
El artista local José Ángel Tarragona realiza en microcemento la figura de la lavandera como homenaje a generaciones de mujeres alfareñas
«Queremos que sea un guiño a todas las mujeres que han hecho lo que somos, a todas las alfareñas que vinieron durante décadas a ... este punto cargadas de ropa, las lavaban y volvían con ella a encargarse de la casa». Con este simbolismo explicado por su presidenta, Yolanda Tarragona, la Asociación de Mujeres de Alfaro (Adema) inauguró en el atardecer de este viernes la escultura a la lavandera, ubicada en avenida Burgo Viejo junto a la plaza de toros, donde se ubicó desde 1675 y hasta finales de 1979 el lavadero-abrevadero de la localidad.
Desde hace años, Adema ha dedicado una partida de su presupuesto para proyectos que embellecen el municipio, como la rotonda de las Cigüeñas, la recuperación de los cuadros de la ermita del Pilar, el conjunto de letras 'Alfaro' en la estación de autobuses o murales dedicados a los danzantes, a la mujer o al municipio y las zancudas. «Con la pequeña aportación anual que hacemos en las cuotas, logramos muchas cosas para mejorar nuestro pueblo», agradeció Tarragona a las muchas socias presentes. En esta ocasión, han querido dar un gesto patrimonial.
La ovación sonó cuando el autor, el artista alfareño José Ángel Tarragona, descubrió la sábana que cubría la escultura. Elaborada en microcemento y con algo más de 370 kilos de peso. «Agradezco que contarais conmigo para mejorar la fotografía de Alfaro con cultura y educación, que ayudan a salvar los contratiempos», afirmó. Lo hizo señalando que representa, mucho más que a una lavandera, a las mujeres que cargaban con toda la casa. Y lo focalizó en los recuerdos de su madre, no sólo de historias de cuando se reunían las amigas para lavar la ropa, sino también los domingos para hacer con polvos una limonada con la que refrescar la tarde.
Construido en 1675, quedó enterrado por los escombros de otro monumento, el Santo Hospital de Santa María
Acondicionada la base por la brigada municipal de obras, la alcaldesa extendió a Adema el agradecimiento de todos los vecinos por esta nueva obra de arte. «Es bonito tener algo que nos hace recordar momentos pasados ahora que la vida ha evolucionado y nos es más cómoda», aplaudió Yolanda Preciado.
En el número 30 de la Revista de Estudios Alfareños Graccurris, recoge la investigadora y presidenta de los Amigos de la Historia de Alfaro Charo Cordón que el 6 de mayo de 1675 se adjudicaba al cantero tudelano Juan de Lezcano la fábrica de un estanque o pilón en la Carrera y calzada de las fuentes por 250 ducados. «La mayoría de los lavaderos que he estudiado se construyeron en la mitad del siglo XIX, pero nuestro primer lavadero se había construido en el siglo XVII, cosa muy excepcional y que hoy nos llenaría de alegría, pero en 1979 lo consideraron «antihigiénico y antiestético», lo que llevó a su demolición», lamenta Cordón en su informe, documentado con actas municipales, de archivo y fotografías antiguas.
El lavadero y abrevadero fue lugar de encuentro durante siglos junto a la fuente de la Calzada, fuera de la muralla. Esa historia quedó sepultada a finales de 1979. Tras el acuerdo del Ayuntamiento, se desmontó el tejado y se enterró la estructura del lavandero con los escombros de otro monumento alfareño, el Santo Hospital de Santa María.
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