Un convento en ruinas
Los técnicos municipales comprueban el lamentable estado de conservación del edificio de Madre de Dios donde vivieron once monjas hasta el 25 de marzo
A. SOTO
Lunes, 31 de marzo 2008, 03:17
El convento de Madre de Dios se cae a trozos. Hasta el 25 de marzo, once monjas de clausura de la orden de las Concepcionistas Franciscanas vivían en este edificio que, en apariencia, parecía bien conservado. Pero de la ruina sólo se salvan, y medianamente, la fachada y la iglesia anexa. Los técnicos municipales que visitaron la pasada semana el convento se quedaron sorprendidos al comprobar su lamentable estado de conservación. Todos se hacían la misma pregunta: «¿Cómo han podido permanecer tanto tiempo once mujeres, la mayoría de avanzada edad, en estas condiciones?».
«La verdad, era imposible seguir viviendo ahí», reconoce la madre María Jesús. «Hace nueve años, en 1999, conocimos que finalmente íbamos a tener que abandonar el convento y desde entonces, sólo acometíamos pequeñas obras. Pensamos que no podíamos gastar mucho dinero en arreglar las cosas que se estropeaban», agrega la religiosa. Pero durante los años, los problemas se multiplicaron. Aparecieron goteras y grietas, se abrió la tela asfáltica (que aislaba sus estructuras), se desgastó la piedra de los claustros... A todo ello, había que sumar defectos estructurales del edificio: las monjas no tenían calefacción (utilizaban radiadores o simplemente, se abrigaban más), el agua caliente fallaba con demasiada regularidad y el gas sólo se usaba para cocinar.
En el 2002, las reverendas madres concepcionistas franciscanas llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento para ceder el edificio a cambio de los permisos para levantar una nueva casa en los terrenos del Seminario. Pero hasta que esta nueva residencia ha estado lista, las monjas han habitado el viejo convento.
El portavoz del equipo de Gobierno municipal, Vicente Urquía, afirma que «las monjas se merecen toda la admiración porque aquello no estaba para vivir». Ahora, la Unidad de Rehabilitación del Consistorio prepara un estudio con el que pretenden conocer el estado real del edificio y qué usos puede albergar. Por el momento, varias asociaciones han mostrado su interés, aunque en cualquier caso, el bloque deberá ser restaurado.