Todo lo posible

Aquello parecía una feria de inventores. O una de esas teletiendas de madrugada, en la que lo mismo venden una escoba magnética que un pela-patatas con radio. La gente del Quijote Arena creía estar viendo un partido de balonmano. Pero qué va. Lo que tenían enfrente no era el Naturhouse: era una ocurrencia.

Cuando a uno le faltan jugadores, la obligación es improvisar. Pero cuando a uno le faltan tantas cosas los dos laterales zurdos, dos de los tres centrales, y el único extremo zurdo que podría jugar de lateral la improvisación se convierte en invento. Uno echaba de menos, en algunas fases del partido, un charlatán como los de las ferias antiguas. «Pasen y vean», diría. Porque había mucho que ver: un equipo que quiso asaltar el Quijote Arena con un extremo, Kalle Stojanovic, de central. Con un suizo que apenas juega en su sitio, Thomas Gautschi, en el lateral zurdo. Con Luba Pavlovic defendiendo casi todo el partido. Con Gedeón Guardiola pasando balones en la primera línea.

Con Marc Amargant, en fin, apagando fuegos como si tuviera diez brazos y cuatro piernas. Hasta el 52. Claro que lo más increíble no fue eso. Lo más extraordinario fue que casi funciona. Porque los riojanos empezaron muy bien, mandando en el marcador durante los primeros 15 minutos. Luego, cuando Ciudad Real se dio cuenta de que hasta a una ocurrencia de equipo conviene meterle goles si se le quiere ganar, el partido cambió de rumbo, para el 14-9 al descanso. Pero, increíblemente, el Naturhouse volvió en la segunda mitad para jugar mejor que su rival.

El Ciudad Real, muy inteligente, llevaba a su adelantado a presionar no al central, sino al lateral diestro, para que el juego se fuera hacia ese zurdo que no estaba ahí. Pero no se sabe muy bien cómo el Naturhouse conseguía meter golitos. Y defender. Pero todo tiene su límite. Con 24-22 en el marcador, minuto 52, el Naturhouse falló una contra. Luego llegaron dos exclusiones (justitas) seguidas, y apareció un tal Hombrados. Ocho minutos, 10-1 de parcial. Y fin. Un marcador muy mentiroso, aunque justo: el equipo ganó al invento. Aunque éste hizo todo lo posible.