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Bloques de hielo antárticos.
Con el agua al cuello por el cambio climático

Con el agua al cuello por el cambio climático

Más de 50 países se enfrentan a quedar sumergidos bajo el océano en este siglo incluso si la cumbre del clima de París es un éxito

Borja Robert

Sábado, 5 de diciembre 2015, 07:49

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Sobre la cumbre del clima que se celebra estos días en París (COP21) sobrevuela un número. El objetivo declarado del encuentro es pactar una reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero que limite a dos grados la subida de la temperatura media de la Tierra respecto a la era preindustrial. Aunque se lograse, que parece improbable -ya ha aumentado 0,9-, este cambio no permitiría garantizar la supervivencia de muchos de los 52 pequeños estados insulares. Archipiélagos paradisíacos como Kiribati, islas Marshall, Palau, Fiji o Maldivas que apenas levantan unos pocos metros sobre el nivel del mar y que se enfrentan a una crecida del océano que puede hacerlos inhabitables en pocas décadas. Ya son las principales víctimas del cambio climático y lo peor está por llegar.

Según las últimas estimaciones, si todos los países que participan en la COP21 cumplen con sus compromisos de reducción de emisiones la temperatura de la Tierra crecerá al menos 3,5 grados en lo que queda de siglo. De cumplirse esto, se estima que el nivel del mar habrá crecido para entonces más de un metro -ya ha aumentado más de 20 centímetros, según algunos investigadores-. Aunque no quedarían completamente sumergidos, muchos de los 52 estados insulares ya no serían aptos para acoger presencia humana permanente. Las mareas altas los desbordarían, se llevarían el agua dulce e impedirían cualquier actividad agroalimentaria.

Pese a ser los principales perjudicados, estos países son de los menos han aportado a causar el cambio climático. Se estima que, en conjunto, representan menos del 1% de las emisiones de dióxido de carbono. Su situación es crítica, e incluso Obama se ha referido a ella durante su conferencia inaugural en la cumbre. "Sabemos que muchos países apenas son responsables de este cambio climático, y que sin embargo serán los primeros en sufrir sus efectos más graves", aseguró ayer el presidente de EE UU. También reconoció la responsabilidad de su país en provocarlo. "Vengo como el líder de la principal economía del mundo, y del segundo país en lo que respecta a emisiones no solo para reconocer nuestro papel en causar el calentamiento global, sino para incidir en nuestra responsabilidad para ponerle remedio". China, el país que más emite, también tiene previsto sumarse al acuerdo. Su presidente, Xi Jinping, pidió que los países más desarrollados asuman más responsabilidad y aseguró que los planes medioambientales serán fundamentales en su próximo plan quinquenal.

El acuerdo llega tarde

Ante esta catástrofe inminente, muchos de los pequeños estados insulares se han lanzado a implementar energías limpias y sistemas económicos sostenibles. Tokelau (un archipiélago de tres islas de Pacífico sur), por ejemplo, obtiene casi el 100% de su energía de fuentes renovables. Pero aunque estos países se enfrentan a su desaparición total, se estima que en la actualidad hay más de 150 millones de personas en todo el planeta que viven que quedarán inundadas antes de que concluya el siglo XXI. A largo plazo las cifras son aún más dramáticas. Un estudio publicado este año en la revista Science aseguraba que las últimas dos veces que el planeta llegó a las temperaturas que se esperan, el nivel medio del mar era entre cuatro y seis metros mayor. "Y algunos modelos apuntan a que la Antártida puede perder hielo como para causar algo así en apenas una década, y no siglos como pensábamos antes", indicó entonces Andrea Dutton, coautora del trabajo.

Algunos archipiélagos ya están sufriendo las consecuencias. En 2014, una crecida del mar se llevó más de un centenar de casas en Islas Marshall. En Kiribati, el mar ya afecta a muchos de sus reservas de agua dulce, lo que dificulta desde cultivar a mantener una infraestructura sanitaria válida. Ante esta situación, el país ya ha comprado 2.500 hectáreas de Fiji donde de momento almacenan y cosechan sus reservas de alimentos, y donde trasladarían a toda su población de ser necesario. En su discurso, Obama aseguró que "actuar demasiado tarde es algo que puede ocurrir" para impulsar a todos a llegar a un acuerdo. Para los 52 pequeños estados insulares, probablemente, ya es demasiado tarde.

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