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Curavacas-Tuerces Enrique Caña
Palencia, un placer para los sentidos

Palencia, un placer para los sentidos

La Montaña Palentina presenta un colorido especial en otoño, una estación que convierte el silencio habitual que se vive en este recurso turístico en un festival de escalofriantes bramidos de ciervos

E.N.D.C.

Martes, 10 de octubre 2017, 13:37

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Palencia es una provincia de contrastes, acentuados durante el otoño y concentrados en la Montaña Palentina, situada a unos 100 kms. de la capital, limítrofe con provincias vecinas como León (al oeste), Cantabria (al norte) y Burgos (al este).

El valor natural, paisajístico, faunístico y botánico de la Montaña Palentina tiene pocas similitudes con cualquier otro en el territorio nacional, un entorno preservado bajo tres figuras de protección: Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina, Espacio Natural de Covalagua y el Espacio Natural de Las Tuerces.

El paisaje es custodiado por hayedos y robledales albares, o por alamedas de álamo temblón, o por abedulares, encinares, sabinares albares y tejedas, que dan cobijo a una fauna singular, con presencia de los picos mediano y negro, el urogallo, el gorrión alpino, el treparriscos, la liebre de piornal, el lagarto ocelado o el avión roquero, aunque hay dos protagonistas especiales que cohabitan en este espacio protegido: el oso pardo, una especie emblemática y en peligro de extinción, y el ciervo, un animal que durante el otoño entona la berrea.

Cueva de los Franceses
Cueva de los Franceses Enrique Caña

La Montaña Palentina es un lugar privilegiado para escuchar ese sobrecogedor festival de bramidos, una especie de competición que emprenden los ciervos machos para conquistar a las hembras y hacerse con la mayor cantidad de éstas para preservar la especie. Antes de demostrar quien de todos ellos posee una mayor fortaleza, compiten con la potencia y profundidad de sus voces, que delimitan sus zonas de influencia. En el caso de disputa territorial, a los machos no les queda otra que luchar cuerpo a cuerpo, cuerno a cuerno, para hacerse con la hembra y el terrritorio. En Palencia hay varias empresas de turismo activo que organizan rutas hasta los lugares más interesantes desde los que puede contemplarse y escucharse la berrea.

La singularidad de estos sonidos durante el otoño invita a recorrer estas montañas, bien a pie, bien en BTT, practicando lo que se denomina 'turismo deportivo'. La Diputación de Palencia ha editado la guía 'Rutas BTT y cicloturismo en la Montaña Palentina. 25 rutas circulares' y la guía 'Ascensiones en la Montaña Palentina' , escritas por David Villegas y Vidal Rioja. La primera de ellas descubre posibles recorridos para los amantes del ciclismo de montaña y del senderismo, para todos los niveles y gustos. Según los autores de esta publicación, «las carreteras son opciones sencillas y, habitualmente, seguras. También hay multitud de pistas que se mantienen en buen estado de conservación y configuran una verdadera red de comunicación entre diferentes zonas de estas montañas. Su relieve, junto a la climatología y a la actividad ganadera, facilitan la aparición de estrechos senderos que atraviesan grandes bosques y laderas... En definitiva, la Montaña Palentina posee un gran potencial para la práctica de la bicicleta de montaña y el cicloturismo».

Cueva de los Franceses

La riqueza natural de la provincia palentina despierta todos los sentidos, y más si se adentra en la Cueva de los Franceses, un espectacular complejo kárstico que gestiona la Diputación de Palencia, que recibe miles de visitantes al año, un destino ideal para disfrutar en familia de un recorrido visitable de unos 500 metros, en el que pueden contemplarse estalactitas, estalagmitas y coladas.

La Cueva de los Franceses está situada en el término municipal de Revilla de Pomar, dentro de un Espacio Natural como el de Covalagua, que permite realizar numerosas actividades ligadas a la naturaleza pero también a otros recursos y productos turísticos, como el patrimonio monumental y cultural con el Románico como pieza clave, la práctica de los deportes de montaña y el turismo activo y la gastronomía de la zona.

El entorno de la Cueva de los Franceses, en la zona norte de la provincia palentina, es espectacular. Este complejo kárstico está enclavado en el Geoparque de Las Loras, convertido en el segundo lugar Patrimonio Mundial de la UNESCO en Palencia, junto con el Camino de Santiago, el primer geoparque mundial de Castilla y León y el duodécimo en España. Grandes páramos calizos separados por espectaculares cañones fluviales dominan un paisaje de contrastes que a nadie deja indiferente, sin olvidar que estas fortalezas naturales que son las loras han servido como refugio y protección para muchos pueblos, que siempre, a lo largo de la historia, han recibido con agrado a los turistas.

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