En Logroño no se anda
DAME BARRO QUE SOY NAVARRO ·
El día que anuncié con euforia en la capital de mi Reyno que me exiliaba por motivos laborales al sur de Tierra Estella, uno de ... mis mejores amigos que ya os conocía de años por cercanía geográfica me invitó a divisar lo que me iba a encontrar desde la atalaya de las ruinas de la iglesia de San Pedro en su Viana natal.
Yo miraba vuestra ciudad con inquietud y ganas de patearme cada rincón como si fuese San Francisco Javier yendo a la China para evangelizar a esos infieles sobre lo importante que es el cristianismo, la jota, las cadenas de nuestra bandera y unas buenas endrinas navarras para hacer buen patxarán casero (con tx, por supuesto).
Y desde esas alturas forales que tenemos en Viana le dije a mi colega con cara de ilusión ante vuestro 'skyline' ebrio: «Parece pequeñica y juguetona la capital riojana... ¡Me va a gustar patearme la ciudad!». Se quedó pasmado ante mi afirmación. Me miró con ojos fijos y me dijo serio: «¿Andar en Logroño? En esa ciudad si no tienes un coche no eres nadie. Tráete tu Volkswagen fabricado en la Landaben si quieres integrarte... pequeño iluso foral».
Yo no le quise creer. Una ciudad tan plana, con todo tan a mano, tan a tiro de piedra... Con una zona peatonal con cien tiendas, algunas de ellas cerradas pero bueno, una calle Laurel y una San Juan en la que beber sin pensar en los test de alcoholemia... No sé... No lo entendía.
Y aunque vine con mi 'Polico azul' para recorrer vuestras calles y ser uno más, la zona azul y la doble fila de vuestro ADN me pudo. Pronto me cansé y cogí una bici. Que se posturea más y se llega antes. Además os hago caso y evito andar. Uso un vehículo. Que es muy logroñés.
Sois así. Nosotros amamos las rotondas. Vosotros los coches. Hay que aceptarse.
Este miércoles sin ir más lejos, habeis inaugurado un cacho de carretera para dar una curva entre Vara de Rey y Duques de Nájera en coche. Que ya si eso los peatones que sigan dando rodeos. O que cojan otra calle. Lo primero los coches. Luego ya veremos cómo llegamos andando a los sitios.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión