Acumular experiencia, que es la forma polite de 'cumplir años' cuando los que se cuentan van de largo más allá del medio siglo, tiene ventajas, ... además de la de saberte a salvo, por decreto, del ataque de una jeringa cargada de AstraZeneca. La ventaja, por ejemplo, de poder firmar en barbecho propuestas como la que ayer servía Daniel Innerarity: «Propongo un pacto para dejar de prestar atención a quienes están todo el día extendiendo certificados de virginidad ideológica... o integridad política». Y tomar esa bandera, no por altivez o por soberbia, sino desde la evidencia empírica de que ni hay quien mee colonia ni quien lave tan blanco como para rubricar tales credenciales, así a la diestra como a la siniestra, ni hoy ni nunca jamás. Acumular experiencia, además, inmuniza de que te llamen hoy rojo y mañana, fascista. Incluso vacuna contra las sandeces que se vienen oyendo desde que la cepa murciana contagió a la derechita cobarde y a la izquierda venezolana madrileñas.
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