Los perros también trabajan
Las mascotas no solo hacen compañía, los animales pueden ejercer actividades muy valiosas a nivel social, de seguridad, asistencial y terapéutico, pocas veces reconocidas
El viaje a Turquía de un equipo de la Unidad Canina de Rescate de La Rioja, el formado por el logroñés Francisco José Caparroso ... y la perra Argui, para ayudar en tareas de búsqueda de supervivientes tras el terremoto nos ha recordado que las mascotas no solo son eso, también son animales que trabajan. Y su labor es tan valiosa que son capaces de salvar vidas. La Unidad Canina de Rescate de La Rioja está formada por 21 personas, de ellas 10 equipos con perro guía. Todos son voluntarios, están constituidos como entidad sin ánimo de lucro y son coordinados por SOSRioja112 cuando ocurre algo y se les necesita. Sobre todo, en La Rioja, trabajan en la búsqueda de desaparecidos. En un año han llegado a realizar 200 intervenciones, aunque muchas de ellas no trasciendan como lo ha hecho la de Caparroso y Argui.
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«No creo que esté suficientemente reconocida la labor que hacemos. Hay gente que tiene fobia a los perros y no se sienten seguros, familiares que nos preguntan si muerden. Hay mucho desconocimiento sobre las razas y los perros en general», advierte Rubén Muro, presidente de la Unidad Canina de Rescate de La Rioja. De hecho, en la unidad cuenta con una psicóloga para tratar esos miedos. Un perro de rescate está entrenado, a modo de juego, para encontrar a una persona y, cuando lo hacen, se sientan y ladran para dar el aviso. Así, saben que obtendrán una recompensa. Por supuesto, no están entrenados para atacar, todo lo contrario. «Creo que la labor que hacen es muy buena. A la hora de batir una zona de rastreo de 50.000 metros cuadrados, ¿cuántas personas harían falta? Un perro como los nuestros lo hace en 20 minutos», asegura Rubén Muro.
«No creo que esté suficientemente reconocida la labor que hacemos. Hay gente que tiene fobia a los perros y no se sienten seguros, familiares que nos preguntan si muerden»
«Vale cualquier perro, pero tiene que tener ciertas cualidades, como relacionarse bien con otros perros y las personas, además de tener buenas condiciones físicas, ser potente y ágil, y muy listo, que le guste jugar. Lo mejor es empezar con ellos desde cachorros», describe Rubén Muro. Porque un perro de rescate sabe perfectamente cuándo se pone el 'buzo de trabajo', puesto que no es lo mismo que un paseo normal. «Son perros de compañía pero saben distinguir cuándo están 'de fiesta' y cuándo trabajan», aclara Muro.
Perros de actividad
Perros de actividad hay muchos y, de hecho, la nueva Ley de Bienestar Animal aprobada esta misma semana en el Congreso así los define. Dentro de esa nomenclatura se incluyen a los perros de rescate, de caza, perros guía para invidentes, truferos y de asistencia, entre otros. Todos los que ejercen una labor específica, que no solo son animales de compañía, aunque quede por definir cómo se va a regular. También los perros policía, entrenados para buscar droga, dinero negro, venenos, explosivos…
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Dejando Huella es una entidad riojana que desarrolla proyectos sociales en el campo de las intervenciones asistidas con animales, sobre todo perros. Actualmente trabajan en el ámbito de la salud mental, la discapacidad y el autismo. Ana Rodríguez, que inició esta proyecto con su perra Frida y ahora cuenta con Tirma, Poliki, Dana y Pepo, diferencia entre perros de asistencia, que son perros que complementan las necesidades 'para vivir' de una persona, ya sea un perro guía o un perro de apoyo emocional; y perros de intervenciones o terapia, que son los que colaboran en una intervención terapéutica, educativa o social. Incluso distingue un tercero, el perro de una intervención de logopedia, que es perro que apoya la enseñanza en un aula o el que en un hospital reducir la percepción de dolor. «El primero vive con el beneficiario y los segundos y terceros trabajan junto a sus guías con el beneficiario», detalla Ana Rodríguez.
«Los perros de intervenciones son seleccionados para ello, tienen que ser capaces de vincularse, comunicarse, gestionar el estrés, aprender y saber reconocer las emociones. Todo lleva un entrenamiento y, aunque en principio podría valer cualquier perro, hay que saber elegir bien. Incluso dentro de los perros de intervención no todos valen para todo, algunos no están cómodos con personas mayores o con niños. También hay que seleccionar los proyectos más adecuados para los perros», explica Ana Rodríguez. Y es que lo importante es que el perro disfrute porque la relación debe ser un binomio, que haya un beneficio mutuo. Es más, por cada hora de traba trabajo que dedican estos perros se procura que tengan otra de libertad al aire libre, para disfrutar en un entorno natural.
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«Los perros de intervenciones son seleccionados para ello, tienen que ser capaces de vincularse, comunicarse, gestionar el estrés, aprender y saber reconocer las emociones»
Entre los ámbitos en los que un perro puede ayudar se distinguen los terapéuticos y sanitarios, en los que intervenga con un fisioterapeuta, un médico, un psiquiatra; los proyectos educativos, en los que se intenta lograr un objetivo como mejora la lectura o aumenta el interés por las matemáticas; y lo socioeducativo, en el que hay un fin laboral y comunitario. ¿Y un perro se jubila, si es que trabaja? «Eso lo decide el perro. Los hay que no han querido continuar con 6 años y otros que han llegado a los 12 siendo útil», advierte Ana Rodríguez. «Lo más importante es que los perros de intervenciones son mascotas de familia desde el inicio, viven con sus guías, que también están preparados», subraya Rodríguez. Actualmente se desarrollan en La Rioja proyectos terapéuticos, educativos y sociales con perros con enfermos de Alzheimer, personas de mayores y centros de enseñanzas.
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