Sandra Rivas e Isabel Herrainz, dos de las trabajadoras de Ocio Sport en el centro Julio Luis Fernández Sevilla que llevan cinco meses sin cobrar. Juan Marín

Víctimas del fiasco en Ocio Sport: «Cada día no sabemos si venir, si vamos a cobrar, si debemos irnos… Es horrible»

Sandra Rivas e Isabel Herrainz son dos de las cuatro trabajadoras de Ocio Sport en la sede de la UPL que acumulan cinco meses sin cobrar y denuncian la situación de incertidumbre

Diego Marín A.

Logroño

Miércoles, 2 de julio 2025, 07:15

Como náufragos que ven alejarse el barco y se quedan en una isla desierta. Así pueden sentirse las cuatro trabajadoras de Ocio Sport Rioja ... en el centro municipal Julio Luis Fernández Sevilla, sede de la Universidad Popular de Logroño. Durante los últimos cinco meses, el tiempo que llevan sin cobrar su sueldo, han visto cómo se encauzaba la situación de compañeros en Oyón, Haro, Arrúbal, Lardero y, los últimos, los de La Gota de Leche y La Atalaya de Logroño, pero no la suya. Y eso que el de la sede de la UPL parecía el caso de más fácil solución porque el contrato vigente expira y es necesario licitar uno nuevo.

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El Ayuntamiento de Logroño licitó en abril los servicios auxiliares y de limpieza del centro por 275.317,93 euros y tres años, pero quedó desierto. Ahora mismo, la administrativa Sandra Rivas y la limpiadora Isabel Herrainz, junto a otras dos compañeras, continúan perteneciendo a Ocio Sport, que ha presentado voluntariamente ante el Juzgado el concurso de acreedores. Las cuatro están contratadas a jornada parcial, en horario matutino y vespertino. Y ya son 151 días sin cobrar por trabajar, lo que provoca una incertidumbre devastadora.

«Tienes que poner buena cara, ser educada... Muchos entienden nuestra situación pero nadieaquí puede hacer nada»

Sandra Rivas

Trabajadora de Ocio Sport

No han faltado ningún día, como buenas profesionales. «Por suerte, nuestras parejas trabajan y podemos ir tirando, pero nuestro dinero es y lo necesitamos. Trabajamos para cobrar», exponen Sandra e Isabel. «Los recibos y los impuestos siguen llegando», apunta Isabel. Lo último que han sabido por parte de la empresa ha sido el ofrecimiento de un Expediente de Regulación de Empleo o uno temporal y la posibilidad de disfrutar de sus vacaciones, si bien el centro cierra tres semanas en agosto. «¿A dónde vamos a ir sin dinero, qué vacaciones vamos a contratar? ¿Al Caribe?», se preguntan.

«Los productos de limpieza los compra la UPL porque el Ayuntamientoni ha llamado a versi se necesita algo»

Isabel Herrainz

Trabajadora de Ocio Sport

«Cada día no sabemos si venir, si vamos a cobrar, si debemos irnos… Es horrible», confiesa Sandra. Solo salvan de este escenario el apoyo que reciben por parte de la UPL, tanto de la directiva como los profesores y los usuarios. «Tienes que poner buena cara, ser educada… muchos de los alumnos que vienen entienden nuestra situación pero nadie aquí puede hacer nada», añade Sandra. Algo que echan en falta es la comunicación del Consistorio, por el que se sienten abandonadas, olvidadas. «En mi turno de mañana no ha venido nadie del Ayuntamiento a decirnos nada», señala Sandra. «Y los productos de limpieza los compra la UPL porque el Ayuntamiento ni ha llamado a ver si se necesita algo. Aquí no ha venido nadie», apunta Isabel.

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Isabel Herrainz y Sandra Rivas posan en la UPL. Juan Marín

«Nos da pena dejarlo»

Todo empezó con un retraso en la nómina de diciembre y la de enero fue la última que cobraron. Desde entonces no han visto un euro de Ocio Sport por su labor. «Parece que no pero desespera», confiesan Sandra, de 50 años y con siete de experiencia, e Isabel, de 52, y con 13 de antigüedad. Es tiempo, por eso, de momento, permanecen, no barajan dejarlo sino que aguantan pese a todo. No es precariedad laboral sino impago de su honrado trabajo. «Llevamos tantos años que nos da pena dejarlo. Conocemos a la gente, el barrio. Convivimos todos los días», explican.

Este periódico ha consultado con el Consistorio logroñés sobre la situación del centro Julio Luis Fernández Sevilla, tras haber quedado desierta la licitación, y ha explicado que se está buscando la fórmula para realizar próximamente una adjudicación y se espera que esta se materialice a la mayor brevedad posible. Entre las opciones que se barajan es un procedimiento abierto negociado sin publicidad semejante al que ha resuelto los problemas de La Gota de Leche y La Atalaya.

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Un hombre observa el cartel de protesta en La Gota de Leche. D.M.A.

«Es muy complicado que la empresa pueda hacer frente»

Diario LA RIOJA ha consultado la situación laboral de los trabajadores de Ocio Sport con el administrador concursal, y decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de La Rioja, Federico Bravo, quien indica que se ha ofrecido a los trabajadores un mecanismo de extinción de las relaciones contractuales o la suspensión temporal en expectativa de mantener su puesto, vía subrogación, si se produce una nueva adjudicación. Además de las cuatro trabajadoras que ejercen en el centro Julio Luis Fernández de Logroño, otras dos mujeres permanecen en una situación similar, las de la plantilla del hogar del jubilado de Lardero, cuyo bar lleva meses sin prestar servicio. Por su parte, al no haber, de momento, otra empresa que sustituya a Ocio Sport, las dos trabajadoras han optado por la extinción del contrato puesto que, en el escenario actual, no pueden optar a la subrogación.

El contrato de gestión del hogar del jubilado de Lardero también finaliza este año, por lo que el Ayuntamiento realizó un estudio de viabilidad del servicio que fue sometido a información pública. Este es el paso previo a licitar de nuevo el servicio de gestión (administración y mantenimiento) del recurso público, que fue adjudicado en 2021 a Ocio Sport por 78.650 euros anuales durante tres años, más una prórroga de un año. El contrato, por tanto, finaliza este 2025, en concreto el 31 de agosto de 2024.

Federico Bravo asegura que intenta realizar «una gestión responsable» de la situación, que es compleja por la gran variedad de contratos que poseía Ocio Sport. En cuanto a los impagos, reconoce que aún no ha realizado el informe oportuno. «En principio es muy complicado, dados los recursos de la empresa, que pueda hacer frente, por su insolvencia, así que los trabajadores pueden recurrir al fondo de garantía social», advierte Bravo. El administrador concursal explica que, cuando se produce una nueva adjudicación y se subroga la plantilla existe una responsabilidad solidaria limitada por parte de la empresa entrante.

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