Casi nadie quiere reparar el CCR
Solo hay ofertas para dos de los nueve lotes en que se organizaron los arreglos | Las últimas obras previstas para el Centro de la Cultura del Rioja no van a poder iniciarse por el momento
Las últimas reparaciones previstas para el Centro de la Cultura del Rioja no van a poder iniciarse, al menos, de momento. Y ello porque ... de los nueve lotes en que se organizó la contrata -reparación de filtraciones de muros, pulido de solado de piedra natural, renovación de pintura y acabados...- solo dos han suscitado ofertas de firmas interesadas. Así, habría aspirantes y propuesta de adjudicación para los lotes II y IX, uno sobre la puesta en servicio de puertas automáticas y otro sobre instalaciones eléctricas, el primero por un importe de 5.646 euros, con una baja del 22% sobre el precio de salida, y el segundo por 19.436, con una baja del 4%. Los demás lotes han resultado desiertos por falta de licitadores. El de más montante era el lote I, el de reparación de fachadas, que salía a contratación por 21.812,5 euros y, el de menor fue el de elementos de fontanería, que partía con un precio de 862 euros, IVA incluido.
Hace unas semanas, la Junta de Gobierno Local aprobó el expediente para acometer diferentes reparaciones en el Centro de la Cultura del Rioja (CCR) por 93.339,52 euros. La necesidad de tales arreglos fue justificada ya el 4 de julio de 2019 en un informe del director general de Arquitectura, todo ello pocos meses después de finalizar la última puesta a punto del edificio.
LOS AVATARES
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Inicios La construcción del CCR se inició en 2009, una vez descartado ubicarlo en La Grajera, una iniciativa que incluso tenía proyecto. Se inauguró en primavera del 2011, pero la recepción de las obras no se produjo hasta 2012.
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Etapa abierta Desde mayo de 2015 hasta julio de 2016, cuando se cerró, lo gestionó Osga-Sapje.
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Ahora Tiene directora desde el 1 de octubre de 2018. Sigue cerrado.
Y es que fue en febrero cuando, 32 meses después, finalizaron las obras que el Centro de la Cultura del Rioja precisaba y cuya ejecución provocó su cierre el 1 de julio del 2016, así como la suspensión, que luego fue rescisión, del contrato con la empresa que gestionaba la instalación. Ahora hacían falta otras actuaciones, pero tendrá que replantearse la forma de llevarlas a cabo dado que la licitación no ha dado los resultados previstos.
También en los últimos meses se sacaron a concurso, por un lado, la limpieza del edificio y, por otro, el servicio de gastro-bar y, si la primera sí encontró quien la hiciera, el segundo también quedó desierto por falta de aspirantes.
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