El veranillo de San Miguel aparca un otoño que la Aemet augura en La Rioja también «más cálido» de lo habitual

«Llega el veranillo de San Miguel y lo hace muy adelantado, suben las temperaturas máximas y también las mínimas a partir del día 27, serán altas para la época del año en la que nos encontramos; y no tenemos precipitaciones a la vista hasta el 3 de octubre, porque, aunque vienen frentes, tendrán poca vida y se podrán quedar en Galicia, Cantabria o en el norte de Navarra», avanzó este lunes la delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en La Rioja, Paloma Castro, en una comparecencia en la que analizó el recién concluido verano.

Así, se prevé para este martes una temperatura máxima de 27 grados y una mínima de 13. El miércoles y el jueves, las máximas serán de 29 grados y las mínimas, de 13. Para el viernes, las temperaturas aumentan y serán de 30 grados de máxima y 15 de mínima.

En la rueda de prensa, la responsable en la región del organismo estatal también avanzó que los modelos prevén un otoño meteorológico «más cálido de lo normal» en La Rioja y, «aunque no está tan claro» en cuanto a las precipitaciones, parece que tenderá a «normal o a exceso de humedad».

Unas temperaturas altas que, como recordó, han sido las protagonistas de un verano que en España contabilizó cuatro olas de calor: en julio del 9 al 12 y del 17 al 20 y en agosto, del 6 al 13 y del 18 al 25; es decir, 24 jornadas de ambiente tórrido que La Rioja logró esquivar, por la ausencia de noches tropicales, hasta el último asalto, ocho días en la recta final de agosto, cuando sí se registraron mínimas nocturnas superiores a los 20 grados.

El recién concluido verano ha sido caluroso y como tal figura ya en el ranking histórico, con un tercer puesto tras los de los años 2003 y 2022. «El verano meteorológico en La Rioja, del 1 de julio al 31 de agosto, ha sido cálido y húmedo» y el año agrícola «más bien cálido y seco», señaló Castro, que detalló la temperatura media de la comunidad fue de 20,7 grados, con una anomalía de más 1,5 grados, frente a los 23,4 en la península (+1,3). Por meses, junio fue cálido, con 21,0 (+0,5); julio, muy cálido, 22,5 (+1,2); y agosto, muy cálido, con 25,4 (+2,4), detalló la delegada de la Aemet en La Rioja que volvió a recordar algunas de las efemérides, ahora ya oficiales, de la ola de calor, que, expuso, «fue lo más llamativo del verano, ya que estuvimos en riesgo rojo en la ribera del Ebro». Entre otros datos, resaltó que la capital riojana batió el 24 de agosto todos los récords de temperaturas máximas cuando los termómetros escalaron hasta los 43,3 grados, un registro que batió la máxima absoluta histórica, vigente desde el 7 de julio de 1982, cuando el mercurio se situó en 42,8 grados.

También se detuvo Castro en las precipitaciones y en la preocupante situación de la reserva hídrica. Así, resaltó que con las tormentas caídas el 21 junio, el 7 de julio y la DANA que afectó a la comunidad entre los pasados 2 y 4 de septiembre, la región ha recibido 120 litros por metro cuadrado, con un porcentaje promedio de precipitación acumulada de 112% respecto a las medias de referencia (1991-2020), por lo que el conjunto de la estación estival ha sido de «carácter húmedo», gracias a un junio «muy húmedo», que promedió un 194%. Julio, muy seco, 56%; y agosto, también, 20%.